Esta foto fue tomada en el
aeropuerto José María Cordova de
Ríonegro donde Tigo busca dar a conocer su nuevo plan integrado de televisión,
su estrategia para promocionarla consiste en mostrar una supuesta superioridad de
las películas y series sobre los libros.
Pero, ¿lo es? Pensar en una
batalla entre ambos es estúpido. Ambas artes nos han dado historias maravillosas
que nos permiten soñar y buscar nuevos mundos poniéndonos en la piel de seres
de otras épocas, otros universos que hacemos nuestras por unas horas. Sin
embargo, personalmente siempre preferiré los libros a las películas, acá mis
razones:
1.)
La
imaginación al poder: Un libro no tiene presupuesto como una
película y sus ‘efectos especiales’ son tan grandes como la mente del lector.
Mientras que, por ejemplo, una batalla en el medio audiovisual dispone de
extras o CGI limitado, en un libro los ejércitos pueden ser tan grandes como
queramos. Mejor aun, cuando conocemos por primera vez a un personaje podemos
ponerle la cara y la voz que queramos, podría ser un batiburrillo de gente que
hayamos conocido en la vida y que de una u otra manera nos haya marcado en vez
de ser una cara conocida de Hollywood.
2.)
Una
conversación directa: En las películas hay muchas personas
involucradas antes del producto final, no solamente está el director, sino el
productor que moldea el film en pos de beneficios, los directores de los
estudios, el editor que puede meter tijera al metraje y creo que la lista me
queda corta. En los libros, por otra parte, está solamente el escritor y tal
vez al editor, quien sirve más como una guía que otra cosa, esto puede resultar
una conversación más sincera y directa con
el lector donde podemos conocer el pensamiento sin censura de los escritores.
3.)
El
pasado en presente: El cine empezó su camino en 1895, la
televisión no tiene ni un siglo y plataformas digitales como Netflix ni se
diga, en cambio los libros son casi tan antiguos como la humanidad, desde los
papiros del antiguo Egipto, hasta los ebooks tenemos material escrito de todo
el mundo. Tenemos acceso de primera mano a la guerra de Troya, las conquistas
de Roma, novelas sobre la esclavitud e historias de amor de hace varios siglos
contadas por personas que vivieron durante
esas épocas. Si bien para hacer las películas se consultan a historiadores y en
muchos casos se hace investigaciones completas nunca será lo mismo. Leer es
conversar con fantasmas del pasado.
4.) Los
sonidos del silencio: Leer es desconectarse, alejarse del mundo
y la tecnología. Para ver una película estamos obligados a ir al cine o prender
un aparato tecnológico, en cambio podemos leer en un parque, en un bosque, en
nuestro paisaje favorito, podemos leer sin incomodar a nadie. Es un acto
silencioso alejado del ruido y las incomodidades y no depende de si llegamos a
tiempo para comprar las boletas (haciendo interminables filas) o si el internet
está funcionando bien, tan solo estamos el libro y nosotros.
5.)
Un acto personal: Leer un libro es un ritual
especial. Necesitamos crear el ambiente ideal, abrir sus páginas y sumergirnos.
Los cinéfilos podrán decir que ellos experimentan lo mismo al estar en una sala
a oscuras esperando a que la pantalla se apague y comience la película. Sin
embargo, por lo general vamos a cine con otras personas en cambio leer es un
acto individual donde nos confrontamos con nosotros mismos es un espacio único
e irrepetible. Además la magia de tocar su lomo por primera vez, rozar sus
páginas, subrayar un fragmento que habrá de cambiarnos la vida para siempre es
algo que no tiene comparación.
Como dije anteriormente ambas
artes son maravillosas pero al estar volando en un aparato a miles de metros de
altura prefiero estar sumergido en las letras de Borges, King, George Martin o
Rowling que en la última película de Harold Trompetero o Michael Bay.
¿Y ustedes qué prefieren?
¿Libros o películas?