El América de Cali, quizá el equipo
más importante del fútbol colombiano, descendió a la categoría ‘B’ de este
deporte luego de perder vergonzosamente el partido de promoción con el
desconocido Patriotas de Boyacá. La historia del equipo de Cali está llena de
sufrimiento, derrotas, dolor, pasión, éxito, alegría y fútbol.
América de Cali
América de Cali
Fue el periodista Alfonso Bonilla
Aragón quien alguna vez calificó al América como ‘La pasión de un pueblo’, y no
creo que ningún otro apelativo le quede mejor a los diablos rojos; a diferencia
de su encopetado rival de casa, el Deportivo Cali, éste fue un equipo de
barriada, de pueblo, de sufrimiento.
Alguna vez mi abuela me contó que un hermano de ella fue el primer arquero del selecionado, y que era a los jugadores, quienes les tocaba poner de su propio sueldo para completar el pasaje de bus para llegar a los diferentes estadios o que ellos sobrevivían ejerciendo otras profesiones pues el fútbol era algo “poco serio”. Eran otras épocas, es cierto, pero me parece que esa pasión que despertaba el nombre AMÉRICA DE CALI, se vivía igual en esas épocas como en las actuales.
Fue el América un equipo pobre pero honrado hasta que en los ochenta, el narcotráfico, de mano de los Rodríguez Orejuela, se infiltró en el equipo hasta convertirlo en una especie de zoológico, de exhibicionismo grotesco y absurdo.
No se puede negar que esos años el equipo era uno de los mejores del continente. La nomina que dirigió el profesor Ochoa fue la mejor del país durante muchos años. Pertenecía a los mafiosos, es cierto, pero la mayoría de seleccionados tuvo esa funesta mano negra como el Millonarios de Rodríguez Gacha o el Medellín de Pablo Escobar. Se ganaron títulos, deshonrosos, sucios, pero creo que era el reflejo de una época en que el país se entregó al narcotráfico en cuerpo y alma
Aún así, sigo siendo hincha del América de Cali. No sólo porque mi
familia esté involucrada con ella desde antes de mi nacimiento, porque mi abuela me haya
infundido amor por esa camiseta roja con un diablo y un tridente, ni porque haya
sentido mi corazón querer salír del pecho en dos ocasiones que fui al estadio
Pascual Guerrero y lo vi dar la vuelta olímpica; o haya presenciado situaciones
tan mágicas como cuando en la Copa Libertadores de 1996, el América remontó un
partido adverso y eliminó al glamuroso
Gremio de Brasil en una noche inolvidable donde Jorge, ‘El patrón',
Bermúdez, anotó dos golazos de cabeza.
Soy hincha del América porque me
parece que su historia, hasta en los momentos de mayor alegría, tiene una sombra
trágica, digna de héroe griego. Al equipo pueden meterle seis goles, o hacerle
un golazo de media cancha que pasará a la historia, o entrar de último a los
octogonales por debajo de equipos claramente inferiores a ellos, pero siempre
saldrá adelante. Siempre resurgirá, con
sangre, vuelto mierda, pero sin detenerse.
Incluso en los momentos de mayor
esplendor, el drama habría de anunciarse en la forma de la esquiva Libertadores, copa que ‘la mechita’ –como se
le conoce al equipo caleño- ha rozado en
cuatro oportunidades. Puede preguntarle, amable lector, a un hincha americano
por la final perdida en el último minuto
contra el Peñarol en 1987 y verá que a su interlocutor se le
agua al ojo mientras intenta cambiar de tema. Ser Americano y parafraseo a
Borges –quien como buen ateo del fúbol me odiaría por robarle su frase- ‘es un
acto de fe’ y de amor me atrevería a
agregar yo.
Después de la extradición de los Rodríguez a
los Estados Unidos, el equipo ingresó en la llamada Lista Clinton lo que
significó la bancarrota de los Diablos Rojos. Paulatinamente sus grandes
estrellas fueron vendidas para poder adquirir capital para el funcionamiento
del equipo.
La verdadera pasión de un pueblo
La verdadera pasión de un pueblo
Por esta razón, no hubo campeonato
más celebrado que el del año 2008 bajo la dirección técnica del polémico pero a
la vez genial, Diego Edinson Umaña. Para esa época el equipo estaba muy jodido,
pero los jóvenes jugadores demostraron
un amor por la camiseta que habría de vencer equipos con mucho más capital pero
mucho más tibios como el Atlético Nacional o el mismo Deportivo Cali.
Este año el América, a pesar de los
malos resultados, logró el milagro una vez más y a base de coraje logró entrar
en el grupo de los ocho mejores del país a la vez, que irónicamente entraba a
jugar su permanencia en la primera división con tan nefastos resultados.
No culpo a los jugadores, me parece
que ha sido mucha la entrega que han tenido. En muchas ocasiones, se les ha
dejado de pagar incluso más de seis meses y por más amor y cariño que haya por
una institución nadie vive del aire.
No deja de ser irónico – o quizá
digno de la historia de este equipo- que haya sido precisamente Jairo ‘El Tigre’
Castillo, jugador quien antaño le dio tantas alegrías y títulos al equipo
escarlata, el encargado de errar el penalti definitivo y haya sentenciado a pasar al
Diablo un breve periodo en el infierno
de la B.
Este equipo, el de Gareca, Falcioni,
Freddy Rincón, el ‘Pipa’ De Ávila, Óscar Córdoba, el Tigre Castillo, Usurriaga,
Cabañas, Frankie Oviedo y tantas figuras más, esta institución de más de
ochenta años y participante activo del fútbol colombiano deberá
demostrar ahora en la ‘B’ de qué está hecho.
Desgraciadamente, el seleccionado
sigue en manos de unas directivas que demostraron ser inferiores a la historia
del equipo, a sus estrellas y a su hinchada. Creería que este duro trago para
los seguidores de’ la mechita’ debe ser el detonante para muchos cambios, para
reiniciarlo todo y volver de la muerte deportiva como un
demonio vengador dispuesta a volver a la ‘A’ y demostrar porque es el mejor
equipo de este país.
Por mi parte, seguiré a los diablos rojos donde estén, ya
sea en la categoría B, C o Z; ahora los clásicos serán a muerte con el Bucaramanga,
o el Aguablanca F.C y los cotejos se
jugarán en canchas más parecidas a un potrero que a un estadio medianamente
decente pero no importa. Prefiero seguir a esta ‘pasión del pueblo’ en los
lugares más remotos que seguir una aburrida categoría ‘A’ con equipos insípidos, perfectos y sin el
sufrimiento característico de ‘la mechita’.
¿El equipo más importante del fútbol colombiano? :P
ResponderEliminarInteresante pero discutible... XD
Lo era....hace cinco años que escribí el artículo ;)
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