martes, 14 de mayo de 2019

De amistades lejanas, cercanas y otros tipos

Nunca, bueno casi nunca, hablo con mi mejor amiga. A pesar de la amistad y los años en ocasiones pierdo el contacto con ella incluso por meses. Si bien en un principio me molestaba con el tiempo aprendí a comprenderla. Ella, descendiente de un francés heredó su carácter y simplemente es así, sé que no hablamos a diario, pero cuando mas la he necesitado allí está y cuando nos vemos -porque no vive en el país- es uno  de los momentos más maravillosos del año. Y está bien, así la quiero. 

Hablo de ella porque antier cumplí años y recibí montones de felicitaciones y amor por cantidades. Si bien en el día estuve acompañado solo de mi gran amigo y roomate Nelson Cadavid (quien tuvo la amabilidad de invitarme a desayunar y almorzar) en realidad me sentí mucho más acompañado y rodeado de lo que estuve físicamente . Sentí cada uno de los mensajes de cada una de las personas que conozco en persona y de manera virtual de una manera tan cercana como si los hubiera recibido de frente.

Y reflexioné sobre la amistad. Sobre aquellas que se alimentan diariamente de rutinas y de detalles, las que viven del recuerdo de un pasado mejor, de otras vidas; de las que se han ido, quizá porque esa persona ha muerto, quizá porque nosotros mismos hemos cambiado y ya no somos quienes éramos; de las lejanas cuya luz es tan intensa que sin importar las distancias o el tiempo siempre siguen constantes y van más allá incluso de la muerte.

Y siento que ninguna es mejor que otra o correcta. Lo importante son los sentimientos, la alegría que sentimos al ver ese viejo amigo, una noche rodeada de cervezas en un bar, o una ida a cine, o simplemente hablar por un chat de whatsapp después de mucho tiempo de no hacerlo, o compartir noches de borrachera que parecen eternas. Lo verdaderamente importante de la amistad es que esa persona en la que confiamos y queremos saca lo mejor de nosotros y nos acepta como somos sin necesidad de maquillaje o las mentiras que decimos y solemos creernos para ser aceptados. 

Y esto fue lo que sentí con sus mensajes, llamadas el pasado domingo 12 de mayo día de mi cumpleaños número 36. Y quería decirles gracias. También los quiero.




No hay comentarios:

Publicar un comentario