Pienso mucho en cómo definir este año y mi mente se queda en blanco como si no tuviera nada que decir, es curioso, pero siento que últimamente me pasa más o menos seguido, una especie de tranquilidad que parece nublarlo todo a mi alrededor.
Porque podría decir simplemente que ha sido un año tranquilo mientras que a mi alrededor mucha gente se desmoronó. Conozco personas que han tenido crisis de todo tipo: nerviosas, laborales, de no saber quiénes son o con vacíos emocionales que creen que teniendo una relación podrían ser felices cuando no es así. Mi labor ha sido estar con ellos así como ellos lo hicieron conmigo cuando los necesite y probablemente lo vuelva a hacer en el futuro.
Pero la existencia no es sino esa montaña rusa, ese vaivén de los acontecimientos que como canta Rubén Blades: "Maestra vida camarada, te da y te quita y te quita y te da", y si este año ha tenido esa calma chicha, miles de sorpresas tanto buenas como malas aguardan detrás de la esquina dispuestas a saltar en el cuello en el momento menos pensado.
Viajé a la capital del mundo, a una isla paradisíaca y a lugares exóticos de mi país (la mayoría de estos por insistencia de mi gran amigo Esteban Cruz), empecé a escribir un libro que dejé después de redactar poco menos de la mitad a pesar que creo que tiene potencial, hice un video semanal en mi canal de YouTube más por divertirme que otra cosa, luché una y otra vez por perder peso y retrasar la inevitable calvicie y muchas de las cosas que antes me preocupaban ahora no lo hacen tanto.
Con los años mi visión sobre temas como la muerte y el amor romántico se han vuelto más prácticas y menos pasionales que antes, quizá en algunos aspectos me haya vuelto un poco más frío y cínico y mi visión no sea compartida por nadie más. A veces siento que he perdido un poco de humanidad en el proceso pero en estos momentos prefiero mi tranquilidad por encima de otras cosas, quizá en el futuro cambie está visión, quizá no, pero de momento no es algo que me preocupe demasiado.
Hay desde luego cosas que ahora mismo sí lo hacen, como no ser capaz de escribir algo que valga la pena (a pesar de no tener la disciplina que debería), la situación del país (aunque veo con un atisbo de esperanza que las nuevas generaciones se rebelan contra las antiguas y sus errores del pasado), no ganar la suficiente plata (pero no nos mintamos, nunca estaremos satisfechos del todo con nuestro sueldo), o tener que soportar a veces a tanto imbécil -por no usar otra palabra- que te detesta y de manera hipócrita intenta hacerte la vida imposible (y a esos muchas veces te toca aguantarlos a diario) pero a la larga son problemas con solución ...sin embargo, cuando veo los ojillos inquietos de mis sobrinos, ansiosos por descubrir un mundo que los espera siento que hay un futuro y tendremos que luchar de la mejor manera que podamos para dejarles un mejor porvenir a las generaciones por venir.
Ha sido un año tranquilo pero siempre dónde hubo quietud se alista el movimiento, quizá haya sido un año de preparación para lo que se venga , o quizá sea yo el que ha cambiado, pero nunca dejamos de hacerlo y nunca sabremos que nos depara la vida....por hoy solo puedo decirles , FELIZ AÑO NUEVO, FELIZ 2020, QUE TODOS SUS DESEOS SE CUMPLAN.
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