Volar
Fuimos
fuego y nuestras almas se envolvieron en llamas
Nuestras
venas y corazones fueron incandescentes ante la pasión y los ideales
Arrasamos
la vida que se marchitaba con la lava y
ceniza que guiaron nuestros caminos
Fuimos
agua
Del mar y
del cielo
Lágrimas
de felicidad y tristeza
Saliva
que mezclamos con el ser amado en segundos que quisimos eternizar,
Y la
pequeñez que sentimos alguna vez al ver
la inmensidad del mar
Tan infinito
como el universo, tan impasible como un dios.
Fuimos
tierra
De ella
vinimos y a ella volvimos
Barro,
lodo, polvo, la tierra que nos vio nacer
La patria
que forjó nuestro carácter, a la que aprendimos a amar
De la que
paulatinamente nos convertimos en extranjeros
Pero a la
que retornamos muchas vidas después para
finalmente morir en paz
Somos
viento
Ligero
y etéreo
Sutil,
delicado y doloroso como un beso de despedida.
Pacífico
como brisa, violento como tempestad
Flotando
más allá del llanto y de las risas
De los
problemas del fuego, el agua y la tierra
Volamos
Despegamos
los pies del piso y nos dejamos llevar por el viento
Soltamos
las amarras y nos liberamos del peso del existir
Dejándonos
arrullar por el sonido de la armonía
El
silbar de los árboles y las nubes que nos susurran secretos ancestrales
Elevándonos
por encima de la muerte, el mal y el bien
Somos
nómadas del fluir de las vidas
Nada
nos llevamos al mundo eterno
Más que
los rostros de quienes amamos, la sinfonía de sus risas
El
sabor de sus besos y sus cuerpos
Los
recuerdos que atesoramos a lo largo de nuestra existencia
Y que
son el secreto de la inmortalidad, el motivo de la envidia eterna de los dioses
a los hombres.
La
vida y la muerte, la tristeza y la alegría, el amor y el odio, el amanecer y el ocaso
Son la
esencia de nuestro peregrinar interminable por este mundo de maravillas
Y sin
embargo, sin embargo, a veces todo se reduce a cerrar los ojos, dejarse ir
Y
volar.
Feliz
cumpleaños, Papá.
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