martes, 21 de enero de 2014

Libros leídos 2014 (2): Objetos frágiles de Neil Gaiman

Título original: Fragile things
Autor: Neil Gaiman
Editorial: Penguin Random House (Sello Roca Bolsillo)
446 páginas

Los meses convertidos en personajes que hablan y se relacionan, intercambian opiniones en su reunión anual; un hombre que ha sido medio devorado cuenta cómo se hizo amigo de su querido canibal; un misterioso circo que aterroriza al público con su representación y desaparece en medio de la noche y se lleva a una espectadora con ellos...son algunas de las extraordinarias historias que conforman esta recopilación en las que Neil Gaiman nos sumerge en su universo particular: tierno, gótico, fantástico y con una imaginación fuera de lo común,



Neil Gaiman es un genio. Muchos no lo conocerán ni habrán oído de él, otros habrán visto algunas películas basadas en su obra como Stardust o Coraline y se habrán maravillado con sus mundos extraordinarios sin imaginarse que estos son mucho más extensos y ricos que los que la pantalla grande pueda plasmar.

Por las  venas de este inglés corren el ingenio, el humor negro y perverso y escenarios fantásticos, algunas veces trágicos, que parecen haberse adueñado de los escritores de Gran Bretaña con nombres como JRR Tolkien, Terry Pratchett y Alan Moore sólo por mencionar algunos.

Fue precisamente el genial Moore quien habría de arrastrar a Gaiman al mundo oscuro de la literatura. Ocurrió cuando Neil –en ese tiempo reportero- fue a entrevistar al autor de Watchmen y V de Vendetta y descubrió el potencial escritor que había en su interior y desde entonces no ha parado de escribir.

En su haber se encuentran obras en diferentes formatos: Desde los comics como Sandman (una de sus obras más conocidas y que tengo pendientes por leer), como por cuentos, poesías y novelas.

Objetos frágiles precisamente es una antología de 31 de sus cuentos y poesías y no es sino leer cualquiera de ellas al azar para caer rendido ante la maravilla de su prosa.

Uno de los aspectos que más se destacan de ésta es que hay relatos de todo tipo desde una extraña y fascinante historia de Sherlock Holmes viviendo en el universo de Lovecraft (Estudio en esmeralda), un poema dedicado al macabro cuento de Barbazul (La habitación oculta), un relato sorprendentemente erótico que contrasta con el resto del libro (¿Cómo crees que me siento?), un cuento situado en el universo de Matrix (Goliath) y una secuela de su maravillosa novela American Gods (El monarca de la cañada)

En el prólogo, Gaiman, nos explica el origen de cada una de estas historias y cómo fue su gestación,  la cual es divertido de leer antes y después de haber leído las historias para entender mejor cada uno de ellas.


Lo que pueda decir de esta antología se queda sin duda corto ante lo magnífico de la misma, así que si tienen la oportunidad de leer este libro no la dejan pasar porque les va a encantar. Se los prometo.


"Un cuento -al igual que una persona, una mariposa, el huevo de un ave,el corazón humano y los sueños- es algo frágil, pues se compone de elementos tan precarios e insignificantes como los son las veintiocho letras del abecedario y unos cuantos signos de puntuación. O de palabras pronunciadas en voz alta, que no son sino sonidos e ideas -cosas abstractas e, invisibles que se desvanecen nada más pronunciarlas-,¿existe algo más frágil que eso? Y, sin embargo, hay cuentos pequeños y sencillos que hablan de aventuras y de gente que hace cosas extraordinarias, cuentos que hablan de magia y de monstruos , que han sobrevivido a quienes una vez los contaron, e incluso a las culturas de las que nacieron".
  
  Neil Gaiman




miércoles, 15 de enero de 2014

Libros leídos 2014 (1): El juego de Ripper de Isabel Allende


El juego de Ripper
Isabel Allende
Editorial Penguin Random House (Sello Plaza y Janés)
480 páginas

Tal como predijo la astróloga más reputada de San Francisco, una oleada de crímenes comienza a sacudir la ciudad. En la investigación sobre los asesinatos, el inspector Bob Martín recibirá la ayuda inesperada de un grupo de internautas especializados en juegos de rol, Ripper….





No había leído nada de Isabel Allende. Confieso que la veía un poco con recelo temiendo que su estilo fuera demasiado romántico, y no es que ese tipo de relatos  me molesten (para la muestra he leído Orgullo y Prejuicio y varios libros similares) pero ciertamente no soy el lector final de ese tipo de historias.

Después de leer El Juego de Ripper, su más reciente novela, he tenido que tragarme uno a uno mis pensamientos. Pero en verdad, ¿ustedes se imaginaban que la autora de La casa de los espíritus iba a hablar de un asesino en serie en San Francisco cuyos métodos son cada vez más macabros y tétricos?

Pero me adelanto,  la novela engancha desde el primer capítulo, Allende, a diferencia de lo que creía no se va por las ramas ni adorna en exceso su prosa, su estilo  es directo con un ritmo endiabladamente vertiginoso y adictivo. La chilena es una maestra que sabe llevar el de manera adecuada la narración y pausar el relato cuando así lo requiere.

Volvamos a la historia. Como dije anteriormente trata sobre un asesino en serie que asola la ciudad de San Franciso (residencia actual de la escritora), un grupo virtual de rol conocido como Ripper que se dedica a plantear y resolver asesinatos virtuales e imaginarios, decide investigar los crímenes y descubrir el asesino sin imaginar que quizás ellos podrían ser las próximas víctimas.

Uno de las principales fortalezas de esta novela son los personajes: Están tan bien construidos que no le cuesta mucho trabajo a la autora que lleguemos a odiarlos o amarlos. En ella se cruzan personajes tan diferentes como Amanda Martin, la adolescente creadora de Ripper,  quien junto a Blake Johnson su abuelo se reúnen por las noches con un par de amigos virtuales repartidos por el mundo para resolver crímenes virtuales; su madre Indiana Johnson practicante de reiki quien con su ingenuidad y buena voluntad pretende salvar el mundo; Miller un militar retirado y mutilado quien guarda un terrible secreto de guerra y su perro Atila, el más fiero, terrible y leal amigo que luchó a su lado en el Medio Oriente, eso por solo mencionar algunos.

Ahora bien, la novelista no nos habla solamente de los asesinatos en serie sino que plantea varias subtramas dentro de la historia. En algún momento nos parece estar leyendo una historia entrañable entre un abuelo y su nieta, en otro sobre las vivencias de un soldado en Afganistán e incluso nos habla de San Francisco su historia y arquitectura ambientando el relato de manera magnífica. La buena noticia es que cada una de ellas son resueltas con maestría y nos aún enamora más de la trama.

Si algún ‘pero’ tendría que encontrarle a la novela se encuentra  en la recta final cuando  descubrimos al  asesin@  (el cual es una verdadera sorpresa), Allende pretende darle un nuevo giro de tuerca que en mi opinión ‘enclichece’ (¿si existirá este término?) la resolución final. Sin embargo, no va en contravía de lo que se había mostrado anteriormente por lo que es una apreciación bastante subjetiva y que podría discutirse.

Así que no lo piensen más, si no han leído a Isabel Allende este es una excelente oportunidad para descubrirla , y si ya la habían leído no se pueden perder este nuevo registro de esta escritora que muy seguramente los sorprenderá…tanto como ese misterioso asesino que ronda por las noches en San Francisco y que está sediento de sangre.


viernes, 10 de enero de 2014

Propósitos para 2014


El 2013 ya pertenece al cementerio de las ilusiones perdidas y los sueños cumplidos y endosados para el futuro, mientras que el 2014 se levanta imponente con la prepotencia de quien sabe que le queda un futuro largo y brillante. Atrás quedan las celebraciones y festejos del fin de un año lleno de sorpresas tanto buenas como malas y los propósitos para el nuevo periodo surgen de nuestras bocas para luego renegar de ellos como el mal recuerdo de una noche de borrachera feliz.

Porque nos fascina hacer promesas: Bajar de peso, dejar de fumar o beber, hablarle a esa hermosa mujer que nos observa detrás del aparador con una sonrisa enigmática y una mirada que nos invita a seguir pero a quien no hemos sido capaz de dirigirle la palabra por miedo a un rechazo que probablemente nunca ocurra pero cuya incertidumbre queda flotando en el aire. Las hacemos porque sentimos las fuerzas renovadas como si todo fuera a cambiar por empezar un calendario de nuevo y no nos damos cuenta que estos son fuertes en apariencia pero con la fragilidad de una estatua con pies de barro.

Y a pesar de ello, de saber que en menos de una quincena rompamos nuestros juramentos, que una copa lleve a una botella, un cigarro a una cajetilla y un aperitivo a un helado con tres bolas de chocolate, nos gusta hacerlas. Lo creemos con tanta fuerza como lo hacíamos en esos seres fantásticos de la niñez o que esa persona que nos dio ese primer beso sería el amor de nuestra vida con la que envejeceríamos en medio de nietos y ocasos.

Yo también he hecho mis propósitos para este 2014. He comido las doce uvas el 31 de diciembre y he pedido mis deseos, algunos realizables, otros bastante utópicos pero oye, hay que soñar con lo imposible para seguir con vida, y al mismo tiempo, al filo de la medianoche, he hecho promesas para cumplir este nuevo año.

He vivido demasiado tiempo en el pasado, permitiendo que éste, convertido en pequeñas gotas de agua, cual llovizna pertinaz, se introduzca en mis ojos y nuble mi vista del futuro y lo que se esconde tras él. Morí muchas veces este 2013 y descendí en varias ocasiones a diferentes infiernos para emerger de él una y otra vez y estoy exhausto de hacerlo.

La verdad es que todos los días sigue amaneciendo, no importa si tenemos el alma perdida o los sueños despedazados, de nada sirve la tristeza, la rabia o la autocompasión que es la peor forma de matarnos a diario, el mundo no se detiene y sigue girando, sin preguntar si queremos seguir o no. Es cierto, mi corazón fue destrozado y roto en mil millones de fragmentos y es posible que nunca termine de encontrarlos todos, pero de nada sirve quedarme en un rincón observando la vida por un retrovisor mientras ella se consume con la misma rapidez de un cigarrillo. Tengo que levantarme, ducharme, salir a dar una vuelta, pasear por el parque o quizá ir a un bar desconocido y dejar que la vida me sorprenda y dejarla hacerlo.

 Y escribir. No dejar de hacerlo. Ni en los días calurosos, las noches lluviosas o las tardes que se tiñen de púrpura y naranja. Ese es mi llamado y siento que tengo tantas historias en mi interior, algunas trágicas, otras sombrías y todas teñidas con un extraño sentido del humor que a veces siento que nunca terminaré de plasmarlas….pero no lo lograré si me rindo antes de empezarlo. Debo teclear y teclear hasta que los dedos sangren y sienta que mi espíritu se vacié que estoy seguro será en la última palabra que escriba durante mi vida. “Hay que tomarse la literatura en serio, joder”, afirma Stephen King y vaya que el maestro tiene razón, así sea por matar a nuestros demonios, hacer cartas de amor que nunca serán leídas por mujeres indiferentes o porque sencillamente para eso fue que nacimos como una marca indeleble de nacimiento.

Así que escribir y vivir. Menudos propósitos, son muchos más difíciles de lo que parecen a simple vista pero no pienso amilanarme ante el reto, si lo hiciera correría el riesgo de ser una persona normal y ese es un riesgo que no estoy dispuesto a asumir.


¿Cuáles son sus propósitos para este año que comienza?