Director: Quentin Tarantino
· Reparto:
- Samuel L. Jackson
como el mayor Marquis Warren, El Cazarecompensas
- Kurt Russell como John “La Horca”
Ruth, El Verdugo
- Jennifer Jason Leigh como Daisy
Domergue, La Prisionera
- Walton
Goggins como Chris Mannix, El Sheriff
- Demian Bichir como Bob, El Mexicano
- Tim Roth como Oswaldo Mobray, El
Hombrecillo
- Michael Madsen como Joe Gage, El
Vaquero
- Bruce Dern como el general Sandy
Smithers, El Confederado
Una
diligencia se dirige veloz hacia el pueblo de Red Rock, en su interior se
encuentra un cazarecompensas, John Ruth,
con su prisionera, Daisy Domergue, una peligrosa criminal. El carruaje
hará un alto en el camino donde dos hombres se unirán al grupo, otro
cazarecompensas Marquis Warren y el nuevo sheriff de Red Rock, Chis Mannix.
Obligados por una tormenta la diligencia deberá hacer un alto en la Mercería de
Minnie, donde hay alojados tres hombres además del encargado provisional del
lugar. Sin embargo, Ruth sospecha que en ese lugar uno de ellos no es quien
dice ser y hará lo posible por asesinar a los demás y liberar a Daisy…
Los primeros minutos de la
octava película de Quentin Tarantino son una declaración de intenciones. Los
planos son largos, el ritmo es pausado y los diálogos predominan. A pesar de
ello conforme van pasando los minutos el ritmo se siente opresivo, en especial
al llegar a la Mercería de Minnie donde sabemos que hay una serpiente camuflada
entre los huéspedes y donde la traición y la muerte se esconden dispuestas a
salir en cualquier momento.
He oído muchas críticas a
esta película, una amiga me dijo que vio a varias personas salirse del teatro
durante la función. Quizá la culpa sea del mismo Tarantino quien malacostumbró
a la audiencia con películas como Kill Bill y Django donde la acción, los
tiros, las acrobacias imposibles y la sangre se ven a tutiplén. Esta película
no tiene esto. Es cierto que no faltan la escenas fuertes, los asesinatos y
demás, pero son un complemento duro y necesario, no la esencia misma del filme.
Acá lo verdaderamente
importante es la construcción de los personajes y es donde se ve la maestría de
Tarantino. Cada uno de ellos tiene un magnetismo irresistible adobado con las
magníficas actuaciones del elenco a quien el director saca hasta la última
gota, los diálogos incluso los más trascendentales tienen un transfondo mucho
más importante de lo que se ve a primera vista (el caso de la carta de Lincoln,
por ejemplo).
Una de las cosas que más
disfrute de esta película es precisamente eso, la manera teatral en que está
rodada. Coges unos personajes muchos de ellos caricaturas o exageraciones de un
estereotipo (como el vaquero interpretado por Madsen o el Mexicano de Demian
Bichir) , los encierras en un lugar y el coctel resulta explosivo. No necesitas
de nada más, simplemente un guion brillante, unas buenas actuaciones y un
ambiente claustrofóbico y dejarlas a su suerte.
Algo que me llamó mucho la
atención es el ambiente que tiene la película. Tanto en esta como en su
anterior película Django se explota tanto el viejo oeste como el racismo. En el
caso de Django es más espectacular, más exagerado, en esta película, la
historia se desarrolla años después de la Guerra Civil norteamericana (para los
que no saben fue cuando Norte y Sur se enfrentaron por la esclavitud) y las
heridas sin cerrar, el odio, las venganzas sin ejecutar y el racismo son
latentes siendo explotada de manera brillante en la historia que dos de los
protagonistas tienen en común. No sé por qué pero creo que mucho de lo que se
ve en esta historia ocurrirá en Colombia cuando finalmente ocurra el
postconflicto.
En cuanto a la música no hay mucho que decir.
Su compositor, Ennio Morricone no es ningún novato en esto de hacer música para
los westerns, suya es la música de la trilogía del dólar dirigidas por Sergio
Leone y donde un joven y desconocido
Clint Eastwood se convertiría en una gran estrella. En esta ocasión la música
es -a primera vista- muy básica pero al
mismo tiempo es magistral pues calza perfecto con el ambiente claustrofóbico y
demencial de la historia.
¿Buscan diálogos
inteligentes? (El de Tim Roth, por ejemplo hablando sobre la justicia del
verdugo es una joya) ¿Una puesta en escena donde cada detalle cuenta?
¿Actuaciones soberbias? ¿Giros típicos tarantinianos? ¿Sangre y gore en su
justa medida? Entonces no lo duden estos Hateful eight esperan por ustedes.