domingo, 27 de mayo de 2012

Insatisfacción



Una de las constantes del ser humano es la insatisfacción. Somos insaciables por naturaleza, siempre queremos más y más,  I can´t get no satisfaction grita por los micrófonos Mick Jagger y tiene razón. Si la raza humana se hubiera conformado con lo que tenía seguramente a esta hora estaríamos todos en una rama, a oscuras y tirándonos heces de mono a la cabeza.

El ser humano es ambicioso y egoísta, si el Comunismo falló fue por no tomar en cuenta la naturaleza humana, ¿por qué tener lo mismo que Juanito si puedo aspirar a mucho más? Aunque en el otro extremo, el Capitalismo salvajemente competitivo y asesino, tampoco es el mejor ejemplo a seguir.

Personalmente me parece bien no conformarse. Siempre hay que estar buscando, observando, aprendiendo, yendo más allá de las cosas simples que nos ofrece la vida.

¿Pero cómo encontrar ese ‘algo más’ que buscamos? La mayoría cree que la respuesta a esta insatisfacción está en los lujos de la vida moderna en tener un carro último modelo, un apartamento lujoso, viajes cada ocho días, ropas costosas, aparatos de última tecnología y accesorios de lujos.  Se vuelven simples lacayos de las cosas materiales, sirven a los objetos que deberían servirles a ellos.

Otros se desencantan por un hedonismo directo, sin contemplaciones. Una rumba perpetua: Bailes los jueves, viernes y sábados y guayabo los domingos. Fiestas, música a todo volumen para no pensar, dejarse llevar por las sensaciones  placenteras y efímeras para olvidar la pregunta incesante. Un coctel peligroso que no responde nada y que aumenta el desconcierto, despertando una insaciabilidad perpetua que busca resolverse el próximo fin de semana pero que será inútil porque al final siempre se acaba la fiesta, la música deja de sonar, los besos terminan y quedamos más solos y vacíos que nunca.

¿Cuál es la respuesta a esta interrogante? Por desgracia aquí no está. Es un camino personal, la vida nos ofrece tantas opciones como estrellas en el cielo y cada persona tiene una diferente, lo que diré es que lo único importante es despojarse del miedo, quien vive con con él es esclavo de sí mismo y nunca, jamás, podrá ser feliz por más que lo intente.

Yo también espero encontrar ese ‘algo más’, quiero dejar que la vida me sorprenda pero sorprendiéndola a su vez, hay que gozarse la existencia porque es una sola pero no quedarse allí, hay que actuar, no esperar un salvador porque nadie va a aparecer de la nada.

Es cierto que hay que buscar ese ‘algo más’, pero creo que no por ello hay que dejar abandonada la felicidad.  No creo que la búsqueda de una satisfacción y una felicidad tengan necesariamente que reñir, al contrario, creo que se complementan, que esa búsqueda se ve fortalecida si se aprecia lo que se tiene.

Ahora bien los extremos son malos, si nos conformamos con lo que tenemos corremos el riesgo de quedarnos estáticos, volvernos seres mediocres, esclavos del sistema a la espera de una jubilación, morirnos de a pocos en vida.  La solución está en priorizar: perseguir los sueños y las respuestas, pero siendo consciente de lo que tenemos y alimentándonos de ello para continuar el camino.

Mi respuesta está en las letras. La vida me sorprende cada vez que me siento frente al teclado y las historias surgen como por arte de magia, dejando que en cada relato, en cada página pueda ver mil amaneceres de distintos colores.

Sé que la literatura es mi camino. Que si quiero que sea mi opción de vida debo tomármela en serio, con solemnidad, dándole la importancia que se merece, lo cual no quiere decir que no me divierta al hacerlo. Pero no por ello dejaré de amar con intensidad,  ni permitiré que el miedo guié mis actos, o perderé mi luz en el camino, sino por el contrario, la haré refulgir con mayor fuerza dándole calor a todos los que me rodean. Sé que si sigo en mi empeño, si creo en mí, lograré el milagro y todos mis sueños se harán realidad.

Los dioses me susurran historias asombrosas y los muertos guían mi mano hacia el teclado.

  

viernes, 18 de mayo de 2012

Una pequeña historia de amor y desamor


6:49


Teléfono. Descolgar. Palabras de ella. Tenemos que hablar. Colgar. Mirar al horizonte por cinco minutos. Llamar. Ocupado. Tictactictac. Colgar. Tenemos que hablar. Salir corriendo del apartamento. Bajar al primer piso. Un niño con un balón de fútbol. Tenemos que hablar. Sacar un cigarrillo. Encender una cerilla. Que se apague. Sacar otra cerilla. Encender el cigarrillo. Nicotina. Tranquilidad. Una banca. Fumar. Humo. Nicotina. Tenemos que hablar. Ver a una mamá persiguiendo a un niño de tres años. Hacer aros con el humo del cigarrillo. Colilla. Suelo. Sacar otro cigarrillo. Encender una cerilla. Tenemos que hablar. Caminar. Gente inexpresiva. Hojas secas. Un hombre gritando. Expulsar el humo de la boca como quien vomita un veneno. Me quiere terminar. Puta. Tenemos que hablar. Un paso. Otro. Otro más. Camino eterno. Vendedores ambulantes. Mujeres gordas. Hombres vociferantes. Mierda de perro. Limpiar el zapato con un palillo. Recordar la primera vez que la viste en el marco de la ventana. Pelo rojizo. Sonrisa disimulada. Te voy a amar toda la vida. Tenemos que hablar. Ya casi llego al café. Cama tibia. Cuerpos cálidos. Desnudez sin tiempo. Paseos por la playa. Una gaviota agonizando. Lágrimas en el hombro. Felicidad en la arena. Es solo un amigo. Es mi compañero de trabajo. Puta. Seguramente tiró con todos. No me ama. ¿Qué me querrá decir? Tenemos que hablar. Seguramente vamos a arreglar las cosas. La amo. Suposiciones idiotas. Las mujeres que hablan son las  mujeres que terminan. Una canción insoportable a todo volumen. Un par de perros copulando. Un hombre que mendiga. Televisores a todo volumen. Odio al puto Alejandro Sanz. Feliz  cumpleaños, mi amor. Sabía que te gustaba Alejandro Sanz, por eso lo compré. Buenos días. Buenas tardes. Buenas noches. Feliz navidad. Felices pascuas. Feliz halloween. Feliz aniversario y feliz mes. Yo también te amo. Tenemos que hablar. Quizá pasamos demasiado tiempo juntos. Este es mi papá. Esta es tu mamá. Este es Sultán. Este es mi hermano. Este es tu compañero de trabajo. ¿José? ¿Daniel? ¿Miguel? ¿él?. Puta. Te amo. Puta. Tenemos que hablar. El café está en la otra cuadra. Sol ausente. Primera luz en la ciudad. Risas. Llantos. Voces enardecidas. Vamos a cine. Vamos a cenar. Vamos a almorzar. No me gusta tu compañero de trabajo. No me gusta que salgas sin mí. No me gusta aquello. No pasa nada con Raquel. Ni con Ángela. Ni con Manuela. Tenemos que hablar. La ciudad huele raro. A lágrimas. A tristeza. Puta. Tenemos que hablar. ¿Qué horas serán? Tictactictac. Mirar el celular. Correo de voz vacío. No hay nuevos mensajes. No hay nuevas llamadas. El café, a lo lejos. Tenemos que hablar. Ella tomando un capuchino. Pausa. Mirada al infinito. Contemplación. Sacar un cigarrillo. Sacar una cerilla. Encender el cigarrillo. Puta. Dar una calada larga, como queriendo que el veneno entre por las venas. Exhalar. Esperar que el cigarrillo aguante dos vidas por lo menos. Quemarse los dedos. Arrojar el cigarrillo con fuerza. Tomar aire. Verla de nuevo mientras toma el capuchino. Tomar aire. Entrar. Conversar. Tenemos que hablar. 

miércoles, 16 de mayo de 2012

CAROLINA ANDÚJAR, RESCATANDO EL VAMPIRO ORIGINAL


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Si existiera un diccionario único de monstruos y criaturas de la noche, habría una gran discusión a la hora de definir la palabra vampiro. Ha sido tal el cambio que ha sufrido a lo largo de los tiempos que a duras penas es reconocible: cuando se escucha la palabra en mención ya no se sabe si se habla de una especie de leyenda de los no-muertos en Europa oriental o a los descendientes del héroe de guerra Rumano Vlad Tepes El empalador Draculea, al ser mórbido y lujurioso de las películas de la productora Hammer de mediados del siglo pasado o a bestias horribles como el Nosferatu de Murnau, a personajillos inmortales que lloran y gimotean todo el tiempo o a adolescentes de doscientos años que brillan en el día y asisten regularmente a la escuela para enamorarse de la primera mujer inexpresiva que vean.

Las reglas han variado tanto que al parecer la única que se mantiene es esa que dicen que debe alimentarse de sangre (la cual ya ni siquiera es necesaria que sea humana porque, fruto del New Age, vampiros vegetarianos –entiéndase por aquel que cambió la sangre de doncella fresca por vulgares venados– surgieron de las sombras) de resto, todo es susceptible de ser modificado.

Sin embargo, pareciera que existe una tendencia en el vampiro del último milenio: mientras más enamoradizo, atormentado, gracioso, guapo, filosófico y moderno sea, tiene más acogida. Tanto así que no me sorprendería que Woody Allen decidiera escribir, dirigir y protagonizar una comedia dramática donde fuera un vampiro que asiste a sesiones de psicoanálisis nocturno.

En este entorno surge la escritora colombiana Carolina Andújar, quien decidió rescatar del desván de los recuerdos la figura gótica, sombría, maligna y endemoniada de los príncipes de la noche y empezó a redactar su primera novela, Vampyr, la cual habría de posicionar a esta autora como una experta en el tema dentro de la literatura latinoamericana.

Salud, Carolina....


El libro rescata los mejores atributos de la novela de terror del siglo xix con un ambiente lúgubre, personajes carismáticos, la noche como protagonista principal y, desde luego y con especial importancia, en la obra los vampiros son esos seres malignos, sedientos de sangre, elegantes, eróticos e irónicamente deliciosos que los convirtieron en los reyes indiscutibles de todas los criaturas del infierno.

El relato tuvo un indiscutido éxito rotundo, principalmente entre los jóvenes, quienes no dudaron en sumergirse en sus sangrientas páginas. Desde que salió se han vendido cuarenta mil copias en varios países de América y Europa.

Carolina acaba de terminar su segundo libro sobre la temática vampírica, Vajda (se pronuncia Vaida) príncipe inmortal, cuyo lanzamiento se realizó en la Feria del Libro en Bogotá. Durante el mismo, cientos de seguidores hicieron fila para llevarse un libro, un autógrafo y una fotografía con la escritora quien, con su piel blanca, su cabello negro y sus rasgos afilados, pareciera ella misma ser un vampiro.

En ese ambiente de euforia por parte de sus seguidores y fanáticos, recibió en exclusiva a Piso 13.



Vampyr: en búsqueda del vampiro clásico

La noche del 1 de noviembre de 2006, día de Todos los Santos, y con tan sólo una escena en mente, Carolina empezó a escribir Vampyr, la cual está ambientada en la Europa del siglo xix, retomando elementos góticos y al vampiro como elemento demoníaco.

En ella, los protagonistas deben recorrer varios países buscando acabar con una terrible vampiresa que está hambrienta de sed y venganza.


Piso 13: En la novela se muestran varios lugares de Europa, como Francia, Italia o los Cárpatos, ¿conoces estos sitios o son plasmados de acuerdo a tu imaginación? Si los conoces, ¿qué tanto hay de ellos en la escritura?

Carolina Andújar: Conozco todos los países que aparecen en mis novelas excepto Irlanda y Polonia. No conozco los Cárpatos aunque conozco Hungría. Las ubicaciones específicas son en su mayoría ficticias, aunque tengo una buena idea de cómo es la geografía, historia y arquitectura de cada región mencionada.



P13: En la novela tocas el personaje de Erzebeth Bathory, quien existió realmente y a la que se le conoció como la Condesa Sangrienta, ¿qué te apasiona de ella? ¿Por qué tratarla en tu libro?
C.A.: Me intriga la condesa sangrienta porque es la asesina en serie más prolífica de la historia.



P13: ¿Qué tanto hay en el libro de mitología vampírica existente y qué tanto hay de tu imaginación para enriquecerla?
C.A.: No estoy muy familiarizada con la mitología vampírica, aunque supongo que todos la llevamos en el inconsciente.



P13: Tienes ascendencia húngara. ¿Se refleja algún aspecto de esta cultura dentro del libro?
C.A.: He querido honrar a mis antepasados húngaros en ambos libros resaltando las tradiciones y costumbres de Hungría. Se supone que todos quienes tenemos sangre magyar descendemos del príncipe Almos, así que, si esto es cierto, estoy escribiendo acerca de mis ancestros. Espero que les complazca la forma en que he presentado las leyendas que los rodean.



¿
¿Vampyr o Vajda? Mejor ambos....


           Vampiresa de tinta

La disciplina es una de las características principales de esta escritora. Cuando está dedicada a su texto parece olvidarse del resto del mundo y dedica entre ocho y doce horas seguidas en escribir por lo mínimo cinco páginas, las cuales revisa y corrige minuciosamente. No contenta con esto, entrega los borradores a las personas más allegadas a ella, las cuales terminan de pulir el texto.

Fruto de este ritmo perdió varios kilos durante la escritura de las novelas. Sin embargo, el resultado fue más que satisfactorio: escribió Vampyr en cuatro meses y Vajda en siete, las cuales fueron publicadas por la editorial Norma en un ambiente literario que pareciera vedado para este tipo de temáticas.


P13: Muchas de las personas que leen esta entrevista son aspirantes a escritores, algunos tendrán un borrador o alguna novela ya terminada y se preguntarán “¿y ahora qué hago con mi libro, cómo lo publico?” ¿Qué hiciste tan pronto terminaste Vampyr para realizar este sueño?
 C.A.: Cuando terminé Vampyr envié mi manuscrito impreso a dos editoriales colombianas. El tiempo pasó y no obtuve respuesta. Un par de años después volví a enviarlo y tuve la buena suerte de que cayera en las manos correctas. Al editor de Norma le gustó mi libro y me contactó para la publicación.



P13: ¿Crees que el boom de los libros de Crepúsculo ayudó a que tu obra viera la luz?
C.A.: Creo que el boom de Crepúsculo ayudó a que los lectores se animaran a leer Vampyr, pero no a que fuera publicado. Mi editor es muy crítico y no habría sugerido publicar una historia que no fuera sólida y atrayente.



           Vajda
Emilia, una bella y mimada jovencita que vive en el agitado ambiente de la Francia del siglo xix, deberá enfrentarse a las fuerzas de una siniestra logia vampírica cuyo líder se ha enamorado de ella. Ella se verá obligada a salir de su cómoda mansión en Lyon para sumergirse en las oscuras energías de Turín, la ciudad del Diablo, y liberar el alma de un misterioso personaje a quien cree haber conocido en una vida anterior. Esta es la sinopsis de Vajda, príncipe inmortal, el nuevo libro de Carolina el cual fue éxito rotundo en su lanzamiento en Colombia y que muy pronto llegará al resto de los países de América y a España.
Y si en Vampyr quiso rescatar la figura del vampiro clásico siguiendo los cánones establecidos por los escritores Bram Stocker y Sheridan Le Fanu, en Vajda se innova al respecto pero sin perder la esencia del vampiro como ser oscuro.

P13: Como lectores, ¿qué podemos encontrar de novedoso en esta historia?
C.A.: En Vajda encontrarán que la historia de los príncipes húngaros nómadas del Medioevo está ligada a la transformación del vampiro original. Tendrán un villano inspirado en Lucifer y la alusión a una secta ocultista de renombre histórico.

 P13: En el libro le das una importancia especial a la ciudad de Turín, en Italia, ¿existe alguna razón en particular? ¿Ejerce este lugar alguna atracción especial para ti?
C.A.: Turín es importante en la trama de Vajda porque es un lugar en el cual viví muchas aventuras. Es también la ciudad más rica en actividad paranormal en la que haya estado y, por su pasado ocultista y presente satánico, es el lugar ideal para el desarrollo de una historia de vampiros.



P13: ¿Por qué leer Vajda?
C.A.: Vajda es un libro tan hermoso como misterioso. Los diálogos se caracterizan por su fineza y sentido del humor, la intriga y el terror están siempre presentes, y la historia de amor que contiene es preciosa.



Este reportero muy feliz al lado de la hermosa  y talentosa escritora....






C.A.:
 Vajda es un libro tan hermoso como misterioso. Los diálogos se caracterizan por su fineza y sentido del humor, la intriga y el terror están siempre presentes, y la historia de amor que contiene es preciosa.

Entrevista publicada originalmente en la excelente  y recomendadísima revista digital , Piso 13:  http://www.pisotrece.com.ar/index.php/entrevistas/159-entrevista-carolina-andujar-rescatando-el-vampiro-original 


sábado, 12 de mayo de 2012

29


Siempre he sentido una extraña fascinación por el número 9. Es el final del camino, la terminación, la quema y muerte. Quizá estoy predeterminado desde mi nacimiento por ese número: Mi nombre es Tulio que en la tabla periódica se representa como el elemento Tm69, en donde el 69 siempre me han parecido un par de culebras que se muerden la cola en un eterno ciclo  de amanecer y ocaso,  en  un permanente encuentro.

Estoy cumpliendo hoy 29 años. No tendría un significado especial si no me hubiera cogido en una situación específica. Me encuentro en un momento crucial de mi vida. Ciertos acontecimientos me han sacudido como nunca antes me había ocurrido y creo que después de tanto tiempo es hora de despertar.

Más de la mitad de mi vida me he quejado de quien soy, de lo que me conforma, de mi situación, y me he excusado detrás de una de una baja autoestima para no hacer absolutamente nada por cambiar mi destino. Fruto de ello he perdido cosas que son muy queridas por mi y que es probable no vuelvan jamás. Más allá de eso me he perdido de lo bueno que tiene la vida y me mantengo en las sombras no porque nadie me obligue sino porque así mismo lo deseo.

Este deseo de autodestrucción ha ido aniquilando mucho de mí, me ha reducido a una simple marioneta de quien deseo ser, me ha convertido en una carga no sólo para quienes alguna vez me amaron sino para mí mismo, me he convertido, en pocas palabras en mi peor y más desalmado enemigo.

No vale la pena quejarse, ni llorar por lo que se hizo o no, es hora de asumir las riendas de mi destino. De enfrentarme a la vida y no seguir siendo su esclavo. La vida es sólo una y hay que gozársela siempre con valentía, siempre estando dispuestos a enfrentar a nuestros propios demonios por más miedo que tengamos.

Porque esa es la batalla que no se puede perder. No se puede ceder ante el miedo de hacer las cosas. Es inaceptable rendirse antes de luchar porque tenemos miedo a vivir nuevas cosas, miedo a entregarnos, a correr el riesgo de lastimar o ser lastimados, a conocer nuestro destino con la frente en alto. Esa no es una excusa válida. No se puede ser tan cobarde.

Gracias Batman...supongo


Es hora de la verdad. De dejar de ser tan pusilánime y conformista, de buscar ‘algo más’ que es lo que conforma la vida. Esta es mi existencia  y no la estoy viviendo como la quisiera pero no es culpa de nadie más que no sea yo. Es hora de asumir las culpas y aprender de los errores, las pérdidas que han acarreado y levantarse y seguir el camino, siempre adelante, siempre hasta el final.

Creo que lo más importante que debo hacer ahora es cambiar mi pensamiento. Me ha regido por demasiados años por el pesimismo y la desesperanza, no creo que sea uno de esos idiotas del new age para quienes todos es  hermoso y precioso, pero si es hora de ser un guerrero, de llenarme de expectativas y luchar por lo que quiero.

Para ello debo empezar a rodearme de cosas que me ayuden a salir adelante. Debo salir del cuartico de mierda donde vivo porque vivir allí me hace una persona mediocre y conformista, abrirme al mundo, encontrar un lugar en el que me sienta cómodo, donde pueda escribir hasta el amanecer sin pensar en un mañana; también debo armarme de mayor carácter, dejar de ser tan débil y elevar mi voz si no estoy de acuerdo con las cosas, cuidarme más, alimentarme mejor, hacer ejercicio, vestirme mejor y esperar que mi exterior refleje el fuego que hay en mi corazón.

No me arrepiento de amar como lo hago.  Creo que no hay nada más maravilloso que entregarse por completo a una causa, a una persona, darlo todo en el sendero sin guardar energías para el regreso y sin importar cuantas veces se rompa el corazón o los sueños parezcan tan lejanos en el camino. Mi amor es sincero, genuino y lleno de pasión pero le hace falta algo, quizá la magia necesaria, recordar día a día que quien no ama, quien no sueña no está vivo y por lo tanto estar en constante creación o búsqueda de ese amor.

Ahora sé qué y a quién  amo y estoy dispuesto a luchar por ello hasta el final. Conquistándolo  a punta de corazón, magia y  una canción en los labios, estando dispuesto a luchar contra negativas y miedos pero siempre convencido de que el resultado final valdrá completamente la pena.

Gracias a todos los que me han acompañado en estos años, a los de siempre que me hacen crecer día tras día, a lo que ya no están y tomaron otros senderos pero dejaron una huella indeleble en mi corazón, a mi familia porque a pesar de sus defectos jamás podría haber pedido una caótica reunión de personas dispares más perfecta, soy lo que soy gracias a ustedes. Finalmente gracias a ustedes quienes leen estas líneas porque han hecho realidad mi mayor y único sueño: El de compartir cuentos, historias, pensamientos y mi alma a través de las letras.

Gracias y el show debe continuar….

viernes, 11 de mayo de 2012

Disertaciones de un dios

He ocupado  el  segundo lugar en el último concurso del Ka-Tet (el foro de Stephen King que frecuento), cuya temática eran los escritores, la única condición es que no debía pasar de las mil palabras. Espero les guste.

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Disertaciones de un dios

Spiff MacLeod, el espía,  ingresó a la base secreta, noqueó con facilidad a los guardias y saboteó el sistema de seguridad con su minicomputador. Sin despeinarse, corrió sin ser visto por los más de cien soldados y entró al cuarto que lo llevaría hasta el doctor Muerte.

En su interior lo esperaba un luchador de sumo armado con una metralleta…qué idiotez. Peor aún, era repetido, tenía un tufillo demasiado parecido a la vez que lo enfrentó  mano a mano con un luchador mexicano (de máscara y demás arandelas) ¿Qué hacer entonces? ¿Pirañas con rayos lasers? Ya. ¿Habitaciones con picos que se van cerrando mientras destilan gas venenoso? Ya. ¿Mujeres asesinas bipolares? Ya. ¿Un zombie experto en artes marciales? Por favor (y ya).

Además  con cualquier cosa que lo enfrentara sabía  de antemano el resultado, el espía saldría vencedor exhibiendo su mirada arrogante y su sonrisa Colgate. Maldito cabroncete, en ocasiones era francamente detestable. Su vida se reducía a mujeres hermosas, carros de lujo, viajes, gadgets de última tecnología y salvar al mundo en las últimas diez páginas. Pero la existencia no puede ser eso: También hay gotas de lluvia en la ventana, días azules, de tristeza, mujeres que se van para no volver, escritores  que se ven obligados a escribir sagas  estúpidas de espionaje para no morir de hambre, cosas así.

Determinado, retomó el escrito: El luchador de sumo no le dio tiempo a Spiff de hacer ningún movimiento: le disparó a quemarropa sin clemencia… mientras tecleaba le pareció ver entre el humo de la metralleta y  el eco de los casquillos de las balas cayendo, la mirada vidriosa llena de incredulidad de su personaje que le reclamaba, no, que le exigía  una explicación.

Releyó el escrito y saboreó la agonía de Spiff MacLeod, su impotencia. Borró los párrafos anteriores, dejó al espía a la entrada de la puerta, pensó en Julio Cesar,  muerto a cuchilladas a la entrada del Senado;  Spiff entró nuevamente en la habitación… En su interior lo esperaban doce figuras con túnicas blancas, perfiles romanos y puñales afilados; se abalanzaron sobre él y sin darle tiempo a hablar empezaron el ritual de la sangre y el hierro... Fue una muerte horrible y lenta pero digna de un emperador no de un agente internacional  del mundo de la investigación.

Lo tenía  en su poder, completamente indefenso, prisionero de sus designios, qué no darían el doctor Muerte, el profesor Sangre, el Barón de Okenheim y demás enemigos del héroe por tenerlo en esa situación. Podía torturarlo y asesinarlo nuevamente para luego borrar y resucitarlo de nuevo y seguir así hasta que él quisiera.

Ojalá la vida real fuera así. Quizá lo es, a lo mejor, en los confines del universo, existen  dioses equipados de lápiz y papel, y las vidas de los humanos son simples borradores que desechan a la caneca de la basura cuando se han aburrido.

Ideas estúpidas desde luego…al escribir tenemos miles de ellas, de las cuales novecientas noventa y nueve son brillantes y sólo una, la que indefectiblemente escogemos, tonta. Nos sentimos orgullosos de  nuestra elección y nos ponemos manos a la obra.

Empezamos con una hoja en blanca y la idea idiota. Se vacila con la primera palabra, la primera letra, intentamos evadirla porque una vez que se seleccione hay que seguir con la comedia hasta que haya terminado. Pensamos en la velada de la noche anterior, en el equipo de fútbol o en la pelea que se tuvo la semana pasada con la esposa por un tema ya olvidado, miramos afuera a ese pajarito que se zambulle feliz e impune en el charco de agua sucia. Finalmente en un acto de osadía, de arrojo insensato y estúpido plasmamos el inicio.

Después no queda otro camino que escribir otra palabra, y otra más, otra página, otro capítulo y otra sección hasta que finalmente se ha terminado y uno se siente vacío como si hubiera vomitado  ríos de tinta.  A lo largo del proceso nos hemos encariñado con el producto, se le trata como un bebé, como una planta, como si fuera la creación más excelsa del universo a pesar de que puede ser el pedazo de porquería más grande del mismo, como si fuera Las increíbles aventuras de Spiff MacLeod.

Se abandona la historia en busca de una nueva idea, mucho mejor, más interesante, algo que esta vez SÍ revolucione el mundo de la literatura. Con el paso del tiempo, después de aburrirse con la nueva historia y volver a terrenos conocidos a revisar y corregir el relato, lo verá desnudo, tal como es, con sus cualidades y defectos, tal como un matrimonio después de años de relación.

Muy bonitas todas esas reflexiones pero, ¿qué hacía con Spiff que aún agonizaba en las escalinatas del Senado? No había sido consciente a qué horas había cambiado el escenario pero ahora ya no podía visualizarlo en el cuarto del luchador de Sumo con metralleta.

Sabía la realidad. Nadie compraría un libro donde el personaje principal muere durante el capítulo dieciséis, después de doscientas sesenta y nueve páginas, a manos de un desconocido. A fin de cuentas, y a su pesar, le caía bien el cabroncete: Era todo lo que él no podía ser, además a través de él había viajado, salvado a damiselas y derrotar a villanos caricaturescos que querían apoderarse del mundo. Y le daba para comer, no había que olvidar ese detalle.

Disfrutó un rato más  del sufrimiento de su creación. Borró nuevamente el párrafo y lo sustituyó por uno donde con un puño vencía al luchador de sumo (decidió dejarlo después de todo). Se acercó a la pantalla del computador y le dijo con suavidad a su hijo de tinta, ‘No se te olvide que soy tu creador y puedo hacer contigo lo que me venga en gana’, le pareció ver que él levantaba la mirada. Sonreía, el muy hijo de puta.





miércoles, 9 de mayo de 2012

Amor


La ves y quedas atrapado en su mirada. Te concentras en su cara, en esos labios que te llaman, que exigen ser besados por los tuyos. Por ese olor que nadie más puede percibir, esos ojos que muestran colores que nunca antes habías visto.

Entras con los ojos cerrados y te sumerges de cabeza en un universo completamente nuevo. Sabes que puedes salir lastimado, con las tripas en las manos como los soldados de las películas de guerra, pero no te importa, sólo estás interesado en descifrar el misterio que se esconde detrás de una sonrisa, una palabra.

Haces parte de la vida de esa otra persona. Conoces su familia, sus amigos, sus cosas, su mundo se indexa al tuyo de manera lenta y natural hasta el día que te parece que siempre había sido así. A cambio compartes tus sueños, tus expectativas, tu manera de ver la existencia, tus secretos más recónditos.

Hay besos. Caricias. Noches de amarse hasta que el sol asome. Noches de dormir abrazados como si no importará el resto del mundo. Mensajes de celular. De Twitter. De Facebook. Hay besos furtivos. Besos públicos. Cogidas de mano. Pedida de cuadre. Presentación ante los amigos y familiares. Hay fiestas. Y baile. Y tragos. Hay días de lluvia. De tristeza. De abrazos. De enterrar tu cabeza en su hombro. También hay risas. Apodos. Momentos tontos pero profundamente significativos. Días. Atardeceres. Ocasos. Noches de estrellas y nubladas.

Hasta que un día despiertas. Todo se ha terminado. El espejismo se desvanece con la misma rapidez con que  apareció. Ella se va y te quedas preguntando qué carajos pasó,  tal vez lo sabes pero te niegues escucharlo o quizá la respuesta se escape a tu total entendimiento y se quede en el total misterio. A veces eres tú quien decide despertar del sueño y a la vez te conviertes en el verdugo de los sueños de a quien alguna vez amaste.

Finalmente el amor es eso: Entregarse, por completo, sin miramiento, sin precauciones, morir por la sonrisa de la otra persona. Hacer parte de ella y que ella se convierta en parte de ti.  El amor es aceptación, comprensión de que la otra persona es igual de humana a ti y que en cualquier momento te puede romper el corazón en mil pedazos, pero que ella también lo está arriesgando todo, que es una apuesta que hace por exponerse sin vestiduras, sin armaduras, sin caretas a quien escogió para darse sin miramientos. Es saber todo lo anterior e igual hacerlo porque no importa los daños, las bajas, las lágrimas posteriores, los suspiros que duran toda una noche, por un solo segundo vivido con esa persona, por sentir el leve roce de su mano, todo habrá valido.

Y después de la ruptura inevitable, de la muerte diaria de un corazón roto ¿cuál es la puta enseñanza? Lo siento pero esto no es una fábula. Acá la constante tortuga no vence al final, ni la zorra aprende a conformarse con lo que tiene o la cigarra es castigada por su pereza. El amor no enseña, el amor se da, se siente, se comparte,  se vive intensamente, a plenitud, porque, a pesar de todo, es lo que nos puede mantener en pie.


Vivimos en círculos eternos, infinitos y constantes del amor y el desamor

domingo, 6 de mayo de 2012

El trabajo más fácil del mundo



¿Cuál es la profesión más sencilla del mundo? No es la de político ciertamente, aunque podría parecerlo: Trabajan tres días a la semana, menos de ocho horas durante las que no hacen nada más que gritar como monos en celo y disfrutan de lo lindo saqueando el erario público. Tampoco es la más antigua del mundo, ya que como bien dijo una prostituta: ¿Fácil? ¿Ustedes creen que es fácil mamársela a un borracho a las tres de la mañana?

Otros candidatos podrían ser la del dueño de bancos que sólo tienen como propósito de vida hacerle la vida miserable a sus usuarios, o presentador de programas de farándula al cual todas sus estupideces son aplaudidas por personas con menos de una neurona.

Ayer fui a cine, a verme la película Tinker, Tailor,Soldier, Spy, una buena  cinta de espionaje ambientada en la guera fría, protagonizada por monstruos de la actuación como Gary Oldman, John Hurt y Colin Firth y cuyo título en la traducción fue destrozado, violado, destajado y nuevamente  violado rebautizándolo como ‘El topo: El espía que sabía demasiado’.

Traducir los títulos de las películas es sin duda la profesión más sencilla del mundo. No se necesita de lógica, sentido común, ni siquiera haber visto las jodidas películas o series sino una retorcida y malévola lógica: Una historia de superación personal tendrá de seguro la palabra ‘destino’ en alguna parte, si se trata de robots debe haber algún metal o acero incluido así este no pegue con nada y ni hablar de la palabra ‘Atrapado’.

               Y el tranquilo oficinista enloquece cuando ve una nueva  película que arruinar

Yo me imagino a un tipo gris y aburrido en una oficina que deja salir todas sus perversiones sociopáticas cuando tiene la oportunidad de traducir. Es más, podría jurar que es una sola familia de enfermos mentales que desde los comienzos del cine esparcen su mal por el mundo.

¿No me creen?  A  ‘The sound of music’ se le rebautizó como ‘La novicia rebelde’, ‘Some like it hot’ ‘Con faldas y a lo loco’ o ‘Easy rider’ como ‘Buscando mi destino’ lo que demuestra que estos enfermos han estado allí desde siempre y que lo mínimo que podemos hacer es estar agradecidos en que no le hayan cambiado  el título al Padrino por ‘El italiano loco que comía naranjas’ o algo así.

Pero claro, podrán argumentar estas criaturas que su labor es ayudar al público para que no se pierda. ¿Cómo van a saber que Cloverfield (Campo de tréboles) es una película de terror  sino le ponen ‘Monstruoso’? ¿O que Saw (Sierra) es un thriller si no se le pone ‘El juego del miedo’? ¿O que Shawshank Redemption (Redención en Shawshank) es una historia en una cárcel si no se les traduce como ‘Sueños de fuga’?

Pues bien amiguitos, allí es donde entra la magia del cine y la inteligencia del espectador. No creo que el  público norteamericano sea más inteligente que el del resto del mundo, así que si ellos son capaces de hacer una conexión entre el título y la película ¿Por qué carajos creen que nosotros no? El hecho de que las personas que trabajan en la industria de traducción tengan la inteligencia de un Senador no quiere decir que todos seamos así.

Este mal, por desgracia no se reduce al séptimo arte. Las series de televisión han sufrido de este cáncer durante muchos años: The six million dollar man pasó a ser el hombre biónico; The A-team, ‘Los magníficos’ y Hulk, el Hombre increíble. Esta es la hora donde me preguntó por qué a  Alf no se llamó mi ‘Adorable marciano’ o ‘El Aliens come-gatos’.


                                               ¿Bruce Wayne o Bruno Díaz? He ahí el dilema....

Sin embargo donde más se ha visto este abuso ha sido en los dibujos animados. Batman, por 
ejemplo, se llama Bruce Wayne pero por obra y gracia del Espíritu Santo  pasó a convertirse en Bruno Díaz. En serio, para el peor enemigo del hombre murciélago, Bruce es Bruno y Wayne (Ni siquiera Days) es Díaz. Acá barajó dos posibilidades, o el idiota de turno que hizo la traducción se llama así o el mequetrefe es admirador de un actor colombiano de los años 80 (el conocidísimo Bruno Díaz que interpretó al Fercho Durango) si es así tenemos suerte que no le hayan puesto  a Clark Kent, Carlos Calero.

Este mal  no es exclusivo de estas latitudes, los amigos españoles lo han sufrido en exceso donde el Wolverine de los X-Men se le conoce como Lobezno y la película Die Hard –Duro de matar por estos lares- tiene el incomprensible, críptico y estúpido título de ‘La jungla de cristal’ (¿WTF?)

Exijo públicamente respeto para los espectadores. No necesitamos de ayuda para entender un título y si la película tiene un nombre idiota, ustedes, escritores frustrados, no van a poder arreglarlo...tengo pensado proponerle a las autoridades competentes la pena de muerte con un cortaúñas a estos criminales de las letras ¿qué opinan?