lunes, 12 de enero de 2015

Reflexiones después del fin del mundo

 Pensaba que esta sería mi primer escrito en el 2015, por desgracia, ocurrió la tragedia en Paris con los caricaturistas de la Charlie Hebdo asesinados por fanáticos religiosos y no pude evitar escribir sobre ello.  Siendo las 11:00 pm, de enero 12 –casi 13- me pregunto si es demasiado tarde para hablar sobre el nuevo año y mis propósitos….pero creo que por lo general llegamos tarde a las cosas más importantes de la vida, a ese amor que conocemos cuando no es el momento, a la familia que reencontramos cuando ya no se puede hacer nada, a esa vida a la que atendemos cuando estamos a punto de morir…

Es curioso cómo nos ponemos los últimos días del año agonizante, en verdad nada cambia, es solo una vuelta más de la Tierra alrededor del Sol, un ciclo más de traslación, pero por estos días , y al parecer es común en los habitantes de este planeta, sufrimos de una especie de locura colectiva como si el mundo se fuera a acabar: Bebemos, comemos, tiramos y nos volcamos a todos los excesos inimaginables como si el mundo se fuera a acabar o como si quisiéramos que así pasara.

Fruto de ello es el mito del fin del mundo para estas fechas, ocurrió para la llegada del año 1000, del 2000, el 2012. De hecho no recuerdo una época de mi vida en la que cada cierto tiempo no se hablara del fin del mundo, la culpa puede ser de cualquiera del Y2K, de los Mayas, de la llegada del reino del dios furioso y justiciero de católicos y cristianos, cualquier pretexto es bueno para la parranda perpetua.

Es cierto, un 1 de enero no se diferencia en nada a un 31 de diciembre, por lo menos no climática o geológicamente y el sol y las nubes muestran su cara de siempre, los bosques siguen con el mismo verdor y el agua sigue corriendo por ríos y mares ignorante de si estamos en el 2015 o seguimos en una especie de bucle infinito tipo que nos hará prisioneros del 2014 por una eternidad. Sin embargo, el ambiente se siente más liviano: La época de los excesos ha terminado y el apocalipsis no llegó por lo que toca retomar la rutina de siempre, la magia ha terminado.

Sin embargo hay algo especial en estos primeros días del año. Quizá sea la esperanza de que todo será mucho mejor esta vez, no cometeremos los mismos errores ni caeremos en las mismas trampas infantiles que solemos recurrir una y otra vez;  quizá sea la intensidad de las promesas y los propósitos de los 365 días por venir, un ponerse en forma, dedicar más tiempo a lo que nos apasiona, o cumplir nuevos objetivos y dejar atrás vicios y personas tóxicas o tal vez los primeros días el sol brilla con mayor intensidad  y los días son mucho más hermosos.

Precisamente, la semana pasada aproveché el tiempo de almuerzo para ir hasta un parque cercano, llegaba hasta la parte superior del mism hasta un claro que por lo general mantiene solitario. Me tendía a la sombra de un gran árbol y sentía como los rayos de sol de esta cálida Bogotá de principios de año  me teñía con su luz  y su calor, cerraba los ojos mientras me dejaba llevar por el momento y pensaba en mis propósitos para el 2015. Realmente no tengo ninguno demasiado potente, pero recuerdo una conversación con mi madre donde me decía que debíamos estar agradecidos por lo que tenemos y recordé que la vida es de momentos, pequeños fragmentos donde creemos ser felices…entonces quizá mi objetivo sea ese, aprovechar cada instante de esas personas que nos hacen sentir felices, agradecerles por lo que nos enseñan y tratar de corresponderle de la misma forma. Y no rendirme ante las adversidades. No rendirme jamás y luchar por quienes me importan y por la escritura.


Ya veremos que nos depara este, ya comenzado, 2015. Espero que sus sueños se cumplan. 

PD: Algunas fotos desde el parque.....





miércoles, 7 de enero de 2015

En memoria de Charlie Hebdo

La historia dirá que el siete de enero del 2015, dos hombres ingresaron a la sede de la revista humorística Charlie Hebdon y armados con fusiles kalashnikov asesinaron a parte de la planta de redacción, incluyendo a su director Stéphane Charbonnie, para luego huir cobárdemente. En total fueron doce las víctimas (diez periodistas y dos policías) de estos criminales. ¿Su pecado? Haberse atrevido a caricaturizar a Mahoma.

Si hay algo que caracteriza a los fanáticos (y no sólo religiosos sino de cualquier índole), a las dictaduras y a los malos gobiernos es que son enemigas del humor político. Cualquier manifestación de esta índole es un peligro que no dudarán en querer exterminar a como dé lugar. Piensen en el nazismo, en la inquisición, en las dictaduras, en cualquier régimen como el norcoreano donde se deifique a su líder y verán que esta expresión es inexistente.

¿Por qué temerle al humor? Es sencillo, la risa es enemiga de la solemnidad, de los dogmas; una buena carcajada nos hace más humanos menos divinos, y todos estos líderes, todos estos dioses buscan la adoración y la sumisión que pueden encontrar en el sufrimiento, la abnegación  y el dolor. Reír nos desnuda, nos muestra de manera hilarante un problema real despojándolo de toda seriedad  y eso es algo que las dictaduras no pueden permitir. Desde el monje Jorge de Burgos de la excelente novela El nombre de la rosa de Umberto Eco pasando por la mayoría de los papas y dictadores hasta el fanatismo islámico la risa ha intentado ser apagada sin éxito hasta el momento.

Un amigo muy querido me decía que quizá ellos no debían meterse con la religión y mucho menos con la islámica que es tan peligrosa, que hacerlo era firmar su sentencia de muerte. Pienso que esta publicación no se burlaba de la religión islámica en sí, ni de los millones de fieles pacíficos –quienes, por desgracia, serán víctimas de la futura xenofobia que se apoderará muy pronto de Europa- de esa religión, sino de los excesos de la misma, de ese fanatismo que impulsa a lapidar mujeres y vestirlas con burkas.

Desde el 2006 la Charlie Hebdon había sido amenazada por su contenido, ellos en lugar de aceptar las cobardes amenazas decidieron seguir lanza en ristre denunciando lo que consideraban que estaba mal en la sociedad, sabiendo que este gesto de valentía absoluta podía incluso a tener un fatal y tristísimo desenlace que hoy ha tenido. Es por actos como este que en cierto sentido parecen fútiles y efímeros se han acabado con abominaciones como el racismo, la esclavitud y gobiernos ineptos y dictaduras han llegado a su ocaso.

A los asesinos cobardes que perpetraron esta matanza sólo les digo que su acto ha tenido el efecto contrario de lo que anhelaban, Charlie Hebdon será como la Hidra y por una cabeza que corten otras dos saldrán de ella dispuestas a seguir con su legado.


Paz en la tumba de estos valientes, Charlie Hebdon no ha muerto. Je suis Charlie Hebdon.  


Acá alguna de sus portadas  traducidas al inglés: