martes, 27 de mayo de 2014

Elecciones 2014 (Segunda vuelta)


Miedo. Esa es la palabra que define el ambiente del país en los últimos tiempos y el principal argumento que usan nuestros corruptos e ineptos políticos para dirigir los hilos de la nación.

Como sabrán, las elecciones presidenciales se definirán en segunda vuelta el próximo 15 de junio y la situación no podría estar peor, ambos candidatos han demostrado, con creces, su incapacidad para dirigir el país pero por desgracia para todos, toca elegir a uno para hacerlo.

De un lado, está el presidente Juan Manuel Santos quien se queja ahora de la campaña sucia de su rival cuando él mismo uso muchas de sus tácticas hace cuatro años contra el entonces candidato Antanas Mockus. El juego sucio no es extraño para él, quien empleando al siniestro JJ Rendón no dudo un solo segundo en vilipendear a su rival, llegando incluso a la bajeza de apelar a la enfermedad del otro para ganar votos.

No nos digamos mentiras,  más de uno se sorprendió cuando al llegar a la Casa de Nariño, Santos impuso su propia política y traicionó la macabra ideología de su hasta entonces jefe Álvaro Uribe Vélez, y  sin embargo, su gobierno ha sido el de los espejismos, las propuestas  que no se cumplen, las palabras bonitas pero vacías y la obsesión casi enfermiza por figurar en los libros como el hombre que logró la paz en Colombia.

Es Santos un jugador de póker, astuto, callado, que se mueve a conveniencia, al que sólo le importa beneficiar a sus amigos y el resto de la gente,  como los campesinos y sus justos reclamos, esos que en sus palabras “no existen”,  no sirven para otra cosa más que darle los votos que ahora anda buscando tan desesperadamente.

Su gestión ha sido tan triste que ni siquiera siendo presidente y teniendo a su disposición la maquinaria del estado pudo lograr liderar la primera vuelta y logró apenas un triste 25%, cifra que refleja un resentimiento, un disgusto de la población quien no se siente identificada por su pobre gestión.

Por el otro lado está Uribe. No usemos eufemismos ni nos engañemos, Óscar Iván Zuluaga no cuenta para nada, es simplemente un médium que obedece la voluntad de un patrón. Basta mirar la transmisión del discurso de victoria de Zuluaga: En una pantalla doble se mostró, por un lado al candidato leyendo –porque ni siquiera es capaz de hacer sus propios discursos- un texto escrito seguramente por Uribe y en la otra se mostraba al expresidente desde sus cuarteles en Antioquia analizando la situación, su semblante era sereno, pensativo pero con la soberbia de un pequeño emperador que ve cumplidos sus designios al pie de la letra.

Álvaro Uribe Vélez es para mí uno de los hombres que más daño le ha hecho al país en los últimos años.  Su bandera es el autoritarismo, el engaño, la mentira y la corrupción. Con tal de lograr sus objetivos es capaz incluso de cambiar la ley. Lo grave no es ni siquiera él, sino su política de ‘todo vale’, de  ‘el fin justifica los medios’. Casi treinta años atrás, otro hombre impuso la misma ideología corrompiendo y pervirtiendo todos los estamentos de la sociedad y sus consecuencias, a casi veintiún años de su muerte, aún  las seguimos padeciendo. Su nombre era Pablo Escobar Gaviria.

Tanto Santos como Zuluaga esgrimen la paz como caballo de batalla y mientras uno  dice querer hacer la paz, el otro no duda en usar el miedo y crear la necesidad de la guerra para ganar las elecciones.

Seré sincero: No creo en el proceso de paz que se está llevando a cabo en la Habana. No porque creo que sea improbable que se firme, es posible que así sea, sin embargo, eso no traerá la tan anhelada paz. Simplemente será el desmonte de viejos guerrilleros y el ascenso de otros quienes irán a parar a bandas criminales y narcotraficantes donde seguirán sembrando el terror. Para lograr la paz se requieren cambios sociales, reformas agrícolas y educativas gigantescas que requerirán muchos años y muchas generaciones y que a ningún político le interesa  iniciar.

Pero tampoco creo en la fórmula Uribe. Incitar la violencia no resolvió nada el siglo pasado y no lo hará éste.  Ni siquiera el expresidente fue tan bueno en la guerra como él mismo lo pregona a los cuatro vientos  o si no ¿Por qué se tuvieron que asesinar a jóvenes campesinos para hacerlos pasar como guerrilleros?

¿Qué hacer entonces? Si bien me parece que Santos no ha desempeñado un buen papel, ha tenido también ciertos aciertos. Como dije anteriormente, no creo en los diálogos de La Habana pero no puedo negar que es algo bueno que se cambien las balas por ideas –sin llegar al extremo patético de Pastrana que regaló todo el país a las Farc-.  Volver a Uribe sería nefasto para el país, se volverían a las épocas del terror, de no hablar en voz alta, de los peores escándalos de corrupción en el país, los jóvenes asesinados y camuflados como guerrilleros, de cambiar la ley al antojo y volver a una época de polarización y miedo. 


El próximo domingo 15 de junio, acudiré a la urna y votaré muy a mi pesar por Santos, no lo hago por él, ni porque crea en que pueda  mejorar el país o lograr la paz, lo haré en contra de un pensamiento, un hombre y una  ideología  que sólo puede traer muerte y destrucción para el país. 

viernes, 23 de mayo de 2014

Y se vinieron las elecciones….

Por: El gato bandido

Eventos que se realizan cada cuatro años como el Mundial de Fútbol o los Juegos Olímpicos palidecen ante el más divertido, caótico, desastroso e inhumano certamen que reúne a la sociedad colombiana, me refiero, como no, a ese circo que son las elecciones que cada cierto tiempo debe padecer el país para elegir el inepto de turno.

No nos digamos mentiras: Hay que ser muy loco, muy bobo o muy malo para querer ser el nuevo residente de la Casa de Nariño. Sin embargo, siempre habrá personajes que estarán dispuestos a todo por ser el colombiano al que más se le recuerde su señora madre por los próximos años.

Este felino rotativo ha conocido de fuente fidedigna algunas de las labores que estos candid(os)atos están desempeñado con tal de ocupar este para nada prestigioso cargo.



Santos baja estratos
Consciente de su imagen de aristócrata proveniente de la alcurnia rola, el presi Santos quiere proyectar una diferente. Para ello ha decidido untarse de pueblo. El primer paso fue dormir en una casa de interés social y levantarse al otro día en calzoncillos, despelucado y sin nada que comer.  Nos cuentan que su ambición no se quedará allí, algunos de sus próximos proyectos será jugar tejo y tomar pola hasta quedar jetiado,  nutrirse a punto de chunchulo, bofé y morcilla (para lo cual contará con la asesoría de Angelino) y subir de rodillas a Monserrate a ver si se le cumple el milagrito de la reelección.





Vargas Lleras le da duro al ‘perreo’
Cansado de ser considerado como un tipo serio, hosco, irascible y fumador (que es verdad pero nosotros no lo hemos dicho) el vice del Presi Santos, German Vargas Lleras, quiere mostrar que es un vacan, un tipo divertido. Para ello quiere azotar baldosa y ponerse a tono con lo último en música y para eso ¿qué mejor que hacerlo a ritmo de reguetón? Por eso Lleras ahora no pierde oportunidad de darle al perreo, al sandungueo y el reguleo, a lo único que no le ha jalado es a imponer el tema musical ‘el serrucho’ como himno de campaña pues no quieren que piensen que ese será el lema de su gobierno.





Oscar Iván el ‘Munster’ favorito
No nos digamos mentiras, aparte de ser el candidato de Uribe nadie sabe qué otro mérito tiene Óscar Iván Zuluaga, es por eso y dado su parecido al abuelo Drácula de la famosa serie ‘Los Munster’,  ha optado por querer parecerse al máximo al chupasangre y aspira heredar por lo menos un poquito del carisma de dicho muñecajo. Para lograr su objetivo ha decidido salir a hacer campaña ataviado con las vestimentas de dicho personaje, afilarse los colmillos y hasta ha llegado al extremo de querer cambiar el nombre de su tierra natal Pensilvania (Caldas) por el de Transilvania (Rumania)





Uribe se tira al agua
Mientras su protegido anda cual conde en pena en busca de voticos, el dueño de los tres huevitos, está lanzándose  en cuanta piscina, tobogán, acuaparque de la caña y charco vea, con tal de estar listo cuando llegue el momento en que cambie una vez más la constitución para echarse al agua con sus aspiraciones presidenciales.
                                                                                                                

Peñalosa, el bolardo
A falta de recursos, el antiguo alcalde de Bogotá apela al recuerdo y está pintando todos los bolardos que el instaló en la capital con su cara para lograr recordación y que cuando llegue el momento de las elecciones hacer que el electorado lleve ‘un bolardo’ en su corazón…y en las urnas

De igual manera tenemos noticias que la candidata por el Polo está haciendo una cartilla de quinientas páginas diciendo que la opción es CLARA y aCLARAndo que ella no tiene que ver nada ni con Lucho Garzón, Samuelito Moreno o Petro que tantas ‘travesuras’ han hecho en Bogotá.


Para finalizar sabemos que Marta Lucía Ramírez está practicando cómo pedirle al nuevo presidente cupos para ella y la bancada conservadora.



Nota aparecida en el periódico humorístico El Gato, el mejor rotativo del mundo y sus contornos...

martes, 20 de mayo de 2014

Corregir una novela


Las comas son como sanguijuelas, condenadas y malditas, quienes con su pequeña cola lo único que buscan es entorpecer el texto, hacerlo más lento y farragoso. Su uso puede dictaminar el éxito o fracaso de un párrafo, eso por no hablar de un punto mal ubicado,  dos puntos que sobran o un punto y coma que pueden ser o punto o coma pero no ambos y que puede alejarte de tu objetivo final con una facilidad que es difícil de creer.

Finalmente, después de nueve meses, he terminado de corregir mi novela. La dejé descansar, la imprimí y empecé a releerla, día tras día, noche tras noche –a veces hasta la madrugada- en voz alta y con un lapicero negro al lado que cumplía la labor de guillotina verbal, descabezando aquello que estuviera de más.

Les  confieso que es una labor horrible. Si escribirla es exprimir el alma en busca de una historia y unos personajes que valieran la pena, corregirla es tomar tu cerebro y exprimirlo hasta la última gota en busca del más mínimo error, revisar con lupa que cada una de las frases escritas tenga sentido (y para una persona tan instintiva como yo, que escribo a toda carrera frases que muchas veces no recuerdo, es un verdadero suplicio) y empezar a tachar. Eliminas con la eficiencia de un asesino profesional signos de puntuación, frases y párrafos enteros que entorpecen tu narración; a veces, lo haces con lágrimas en los ojos, pues sabes que esas líneas que quedaron –a tu parecer- fantásticas no tienen cabida en el producto final y empiezas.

Quitas letras, signos de puntuación, ideas, personajes, en la corrección te sientes tentado incluso a corregir ciertas historias, pero te muerdes los nudillos porque sabes que no es lo correcto, que la parte de la inspiración ya ha terminado y ahora sólo queda desempeñar el rol de carnicero y terminar de desmembrar y volver a unir los fragmentos de esa historia que escribiste con la ansiedad de un niño.

Y lees y relees y en algún momento sientes que es la peor bazofia que nadie pudo haber escrito jamás, que ninguno de los grandes escritores que admiraste habría escrito algo tan mediocre ni siquiera en sus peores años y nunca te sientes tan tentado de tirar ese manuscrito a la cesta de la basura como en ese momento,  porque ¿quién en su sano juicio leería una historia como esa hasta el final? Y miras esas pobres páginas rayadas, simple reflejo de un escritor, de sus sentimientos, su soledad y sus demonios y una voz te dice que a pesar de todo, los miedos, el temor de no lograr que nadie se emocione ante lo que hiciste, las letras olvidadas, se debe seguir, solamente por terquedad, con la testarudez de un toro de lidia, porque pase lo que pase, terminaste la historia y es la tuya.

Terminé Rabia y a pesar que en muchas ocasiones llegué a odiar mi creación, quise quemarla y más de una vez me pregunté cómo pude gastar dos años de mi vida dedicado a este proyecto, proseguí porque no tenía otra alternativa. ¿Es una mala o buena historia,  está bien o mal escrita? No lo sé, en este momento no importa verdaderamente, lo relevante es que, a pesar de todo, la acabé y siento que me quitaran un peso gigante de encima, la catarsis está hecha y la novela es ahora simplemente un fantasma incapaz de asustar a nadie, pero debía terminarla, darle ese punto final que me permitiera seguir con mi vida y ponerme a la caza de nuevas historias por escribir. Y les garantizo que hay muchas que espero poder plasmarlas en un papel.


Ahora solamente queda el seguir escribiendo y el largo peregrinar de esta novela finalizada por editoriales y concursos, quizá algún día valga la pena, quizá algún día sea leída y publicada…….

lunes, 12 de mayo de 2014

31



Desde la cima de mis 31 años reflexiono sobre mi vida. Lo que he hecho, lo que no he hecho, lo que he deseado y no he podido cumplir, mis logros y mis fallas, las sonrisas que he logrado en aquellos a quienes he querido y sus lágrimas.

Contemplar el horizonte desde la ventana de mi apartamento es uno de mis mayores placeres: Desde él se ve el cielo, despejado, nublado, con gotas de agua estrellándose contra la ventana o lleno de estrellas. En ocasiones prendo un cigarrillo y me quedo en silencio reflexionando sobre lo que ha sido mi vida, de si lo estoy haciendo bien,  si he podido o podré ayudar o salvar a quienes se han ganado un lugar en mi corazón.

En ocasiones siento que fallo inevitable. Que no importa lo que haga, mis esfuerzos son infructuosos, que quizá no soy tan fuerte, tan rico o tan decidido como quisiera, que busco ayudar a quienes me rodean pero ni siquiera he sido capaz de hacerlo conmigo. Que quizá mi carrera de escritor no logre despegar jamás y mis letras mueran en un viejo cajón y no logren llegar a nadie más que a mí.

En otras siento que voy por buen camino. Que he provocado risas, alegría y paz en mi gente. Un agradecimiento, un beso, un abrazo, una buena conversación, una noche de cervezas, el tacto de la mano de quien aprecio se convierte en un motor para continuar la senda. Me dedico a lo que me apasiona y las letras, mis historias, es la razón por la cual no rendirme, así el camino que haya escogido sea difícil de recorrer no estoy dispuesto a darme por vencido jamás.

Esas noches, con el silencio como compañía y la luz de la luna como guía, siento que la vida es muy corta y que nunca sabemos en qué momento terminará. Pienso que soy infinitamente afortunado por las personas que están a mi lado, por aquellas que me acompañan virtualmente y por las que se fueron pero tienen un lugar privilegiado en mis pensamientos y en mi corazón y es gracias a todas ellas que cada día crezco más como persona y le dan una razón importante a mi existencia.

Muchas veces no agradecemos esto. Dejamos que la vida y su cotidianidad nos hagan olvidar de quienes han estado ahí, dispuestos a ayudarnos, a darnos un consejo, una mano amiga para levantarnos en los momentos más difíciles, a esas que no creyeron en mí y se fueron pero cuya dura enseñanza perdura y ayuda a forjar el carácter. A todas ellas, a ustedes que me leen y están conmigo,  infinitas, gracias por ser quienes son por estar ahí, por compartir este trayecto a veces triste, a veces feliz, pero siempre emocionante que es la vida.

No sé qué vaya a pasar en el futuro, es posible que todo se torne negro y no parezca haber una escapatoria o que me sienta tan feliz que crea no aguantar más de la felicidad, pero ambos estados serán transitorios. La vida es, como todos sabemos, una inmensa pero finita  montaña rusa donde todo pueda pasar, pero sé que cuento con ustedes así como cuentan conmigo y así es más agradable recorrer el camino.

Cumplo 31 años y siento que la vida ha valido la pena, que estoy vivo, siento y aún respiro. Estoy en la cima de mi vida y todo está aún por hacer. Si muero mañana no me arrepentiré de conocer a quien he conocido y hacer lo que he hecho, si aún me aguardan más cumpleaños, espero seguir siendo tan afortunado de seguir contando con uno y cada uno de ustedes a mi lado y trabajando de manera decidida por mis sueños.


De nuevo infinitas gracias.