viernes, 21 de septiembre de 2018

El olvido que somos - 21 de septiembre

Nunca conocí a mi abuelo. Murió cuando yo tenía dieciocho años pero aun así no conservo un recuerdo nítido suyo. No tenía alzheimer pero al final de sus días tenía una especie de demencia senil que hizo que prácticamente olvidara a sus seres queridos. No recuerdo haber tenido una charla larga con él y es una pena porque mis papás y mis tíos (en especial mi tía que era su consentida) me hablan de un hombre dedicado e inteligente, que ayudó a la crianza de sus hermanos menores, un hombre sensible que gustaba de la poesía y brillante con las letras (a punta de cartas de amor conquistó el corazón duro como diamante de mi abuela)  y cuyo nombre comparto. TuLio.

Pienso en él porque hoy 21 de septiembre se celebra (¿se conmemora?)  El Día Internacional del Alzheimer donde en varios países se realizan varias actividades para concienciar y ayudar a prevenir este mal. Cada año este día tiene un slogan diferente el de éste es ‘Alzheimer ConCiencia social’ pero sin duda me quedó con el del año pasado, ‘Sigo siendo yo’, un grito de rebeldía ante un mal que no se detendrá hasta tomar tu vida.

Mi papá siempre tuvo miedo de esta enfermedad al punto de volverse un poco hipocondríaco con el tema. Se olvidaba dónde había dejado las llaves, El Alzheimer; no pagó una cuenta pendiente, El Alzheimer; no recordaba llamar a mi hermana a saludarla….bueno, ya me entienden. No lo culpo, comparto su miedo, para mí una de las formas más tristes de abandonar este mundo es olvidándolo todo, tiñendo el universo de vacío.

¿Quiénes somos? ¿Acaso nuestras vivencias? ¿A quienes hemos amado? ¿Los viajes qué hemos hecho? ¿Nuestra inteligencia? ¿El trabajo? ¿Los lugares que hemos frecuentado?  El Alzheimer nos despoja de eso, como un dios sordo e inclemente nos deja a solas con nosotros mismos, la lucha diaria contra nuestro cerebro que como una bestia devora los recuerdos dejando pequeños jirones que quedan para los sobrevivientes: El reconocimiento de un rostro familiar que se asoma como un tímido haz de luz  en medio de la bruma del olvido, días buenos que cada vez serán menos, la pelea constante por seguir siendo…

Aparte de mi abuelo sólo he conocido un caso (aunque no fue cercano). La abuela de la amiga de una amiga lo tenía. Una vez la vi, jugábamos cartas, ella ganaba y lucía radiante reflejando luces del pasado. Cada vez olvidaba las reglas del juego y tenían que explicárselas, no estoy seguro pero creo que olvidaba cada vez más a su nieta, eso paso quizá hace cuatro o cinco y es probable que haya muerto a consecuencia de ello, pero me gusta recordarla en esa única ocasión que la vi: Sonriente, rodeada de su nieta e hija, a pesar de ser y no ser, había un ‘algo’ que la hacía sentir que pertenecía a ese sitio, un instinto más fuerte, que el olvido, que la mismísima muerte.

Gabriel García Márquez dice que la vida no es como uno la vivió sino como uno la recuerda, pero el olvido siempre llega tarde o temprano, así no tengamos Alzheimer, personas, lugares y personas se van difuminando, pareciendo incluso que estos no nos pertenecieron jamás  y que son ajenas como si hubieran sido otros quienes la vivieron. Lo que permanece con nosotros son nuestras acciones, el amor que dimos y quizá sea nuestro único legado en el mundo,

A todas las víctimas del Alzheimer,  sus familias y seres queridos tan solo les puedo dar estas palabras, mis sentimientos de fuerza y amor y esta hermosa canción del Cuarteto de Nos, cuyo compositor Roberto Musso creó en honor a su madre y abuela quienes cayeron ante este maldito mal.


21 de septiembre (Cuarteto de Nos)

 Tu mirada transparente atravesándonos
Tan ausente y tan distante
Brillando de tristeza y de inseguridad
Resplandeciente de temor y soledad
Dudando quien está en tu piel

Ahí estas
Presa de este maldito mal
Que apago la luz de tu ser
Que arrasó con tus recuerdos que nunca van a volver
Y la vida te vuelve a emboscar
En septiembre una vez más
Buscando sin saberlo primavera oscura y paz

Tu memoria ya no tiene tiempo ni lugar
Son tus gestos y tus marcas
Se esfumo y es incapaz de perfumar
Tus 21 gramos de alma
Que en algún lado aún están

Y pensar
Que algunos años atrás
Decías con convicción
Que el olvido era una forma de venganza y de perdón
Que el olvido es libertad
Y afirmando esta contradicción
Te fuiste tan de a poco que nunca dijiste adiós

Y aunque se que mi nombre
Ya no pronunciarás
No duele oírte contar
Como fue tu primer beso
Y en medio de esta guerra
De rabia y desconcierto
Te vas perdiendo
Te vas perdiendo

Ahí estás
Presa de este maldito mal
Que apago la luz de tu ser
Que arrasó con tus recuerdos que nunca van a volver
Y la vida te vuelve a emboscar
En septiembre una vez más
Buscando sin saberlo primavera oscura y paz
Y algunos años atrás
Decías con convicción
Que el olvido era una forma de venganza y de perdón
Que el olvido es libertad
Y afirmando esta contradicción
Te fuiste tan de a poco que nunca dijiste adiós
Termina otro 21 de septiembre
Adiós