Iba a hacer una reseña de la nueva
película de Rocky, Creed la leyenda de Rocky, muy recomendada
por cierto, ya que toda la emoción, todo el corazón de las mejores
películas de la saga está plasmado de manera magnífica en esta nueva entrega, y
sin embargo, creo que este personaje creado por Sylvester Stallone ha
significado tanto para quienes lo hemos seguido a lo largo de los años que
merece tener su espacio propio.
La historia de Sylvester Stallone y
la de Rocky están íntimamente ligadas. Me gusta imaginarme a Stallone, ese
grandulón quien pasó las duras y las maduras, aguantando frío y hambre en busca
de un sueño, llegando incluso a participar de una película porno para poder
sobrevivir, quien una noche de 1975 después de ver una pelea entre Ali y Chuck
Wepner, tuvo la inspiración para la creación de ese peleador perdedor con corazón
de oro.
El camino no fue fácil, quienes
leyeron su guion intentaron convencerlo de que lo vendiera, que querían un
‘actor de verdad’, pero se mantuvo firme, quería ser él quien protagonizará la
película e insistió tanto en su propósito que quienes compraron la historia
finalmente cedieron dándole una cifra irrisoria pensando en que la cinta no
triunfaría. El resto es historia.
Nadie mejor que Stallone para
encarnar a Rocky. Su mirada torpe y melancólica refleja el alma de ese boxeador
destinado al fracaso a quien un día el destino le da una oportunidad de oro
enfrentándose al campeón invicto y todopoderoso.
Una de mis escenas favoritas de todas
las películas es cuando se enfrenta al campeón Apolo Creed (muy bien encarnado
por Carl Weathers). Están en el último asalto y Creed derriba a Rocky, todos le
dicen a Balboa que se quede en el piso que dio una gran pelea, pero él, terco y
tozudo decide levantarse y seguir la pelea dándonos uno de los mejores finales
de la historia del cine. Esa es la esencia de este personaje: Levantarse a
pesar de los golpes de la vida –y sus contrincantes- y seguir el combate hasta
el final. Esta es la escena (quien no se haya conmovido con ella, sencillamente
no tiene corazón)
Después vendrían las secuelas. Todas
muy divertidas e inspiradoras donde seguimos la evolución del guerrero que
incluso se convierte en propaganda en plena Guerra Fría cuando combate con Ivan
Drago, el mayor boxeador ruso. Otra de mis escenas favoritas es el entreno que
hace en los hostiles parajes de la Unión Soviética para enfrentarse con el
terrible soviético. Muchas veces cuando estoy bajo de ánimo veo esta escena una y
otra vez y es tal la energía que le mete Stallone que uno termina listo para
afrontar los retos de la vida, esos Ivan Drago que están dispuestos a acabarte
en la vida cotidiana. Comparto la escena….
Después de cinco películas uno
pensaría que ya todo estaba dicho con respecto al personaje. Pero Sly
sorprendería a propios y extraños sacando la sexta parte en 2006, donde su
amado personaje ya está viejo y cansado. En esta parte vemos la evolución
tanto del personaje como del actor y no dejamos de sorprendernos y emocionarnos
con su regreso.
En una entrevista Stallone confiesa
que no quería hacer la séptima parte en donde entrena al hijo de su rival y
amigo Apolo Creed, pero fue tanta la insistencia del director de la película
que lo terminó convenciendo. Como dije al inicio de este artículo la película
es maravillosa. El tiempo que todo lo acaba, como lo dice el mismo Rocky a su
pupilo, se ha cebado en él, ya no es un hombre lleno de energía y vitalidad,
sino un hombre solitario que está en el ocaso de su vida quien ve en Adonis el
hijo de a su amigo y rival, pero también un reflejo de si mismo, de ese
corazón ardiente que está dispuesto a devolverle a la vida un par de golpes.
En la pasada edición de los Globo de
Oro Stallone ganó uno de los premios por este entrañable personaje. En su
discurso, el actor agradeció a Rocky Balboa a quien llamó su mejor amigo
imaginario. Quienes hemos seguido por décadas a este gran personaje y quien lo
hemos sentido como un viejo conocido, un amigo que nos impulsa y nos motiva
también le agradecemos a él por su gran creación.
Debo admitir Tulio que estas películas no me gustaban, ni me gustarán, las vi con mi hermano que era fanático. Yo siempre quería ver perder a Rocky. No tengo corazón.
ResponderEliminarGracias por compartir este emotivo post, que si soy sincero, me gusta mucho más, porque sin quererlo terminan siendo más reflexivos y personales.
Siempre un placer ser leído por vos. Gracias por pasarte por acá....Un abrazo.
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