Título original: Silver linings playbook (Los juegos del destino en
Colombia)
Director:
David O. Rusell
Protagonistas:
Bradley Cooper (Pat Solitano, jr)
Bradley Cooper (Pat Solitano, jr)
Jennifer Lawrence (Tiffany Maxwell)
Robert de Niro
(Pat Solitano, sr)
Chris Tucker (Danny)
La
vida de Patrizio ‘Pat’ Solitano cambia radicalmente un día al llegar temprano a
casa del trabajo y sorprender a su esposa en la ducha con un amante. Pat pierde
el control y casi mata a golpes al infeliz hombre logrando dos cosas: Ser
internado en una casa de reposo y que su
esposa lo abandone.
Después
de ocho meses de reclusión en una casa de reposo, la mamá de Pat logra finalmente
su salida. Pero nuestro protagonista cree en los finales felices y está
convencido de que su esposa volverá con él.
Para ello mantiene una actitud positiva que raya en lo ridículo y en una
obsesión con el ejercicio y la pérdida de peso.
Al
llegar a casa tiene que reencontrarse con un padre fanático del fútbol
americano, incapaz de entablar una amistad con su hijo sino existe un vínculo
con este deporte, con un hermano indolente y un terapeuta que intenta ayudarlo
a salir de ese pozo de desesperación y tristeza.
También
se encontrará, gracias a un viejo amigo, con Tiffany, una viuda quien trata de mitigar la reciente pérdida de su
esposo con el sexo como vía de escape. Entre los dos surgirá una relación de,
en un principio, miedo y necesidad pero que gradualmente se irá transformando
en complicidad y algo más.
Las
actuaciones son estupendas: Bradley Cooper demuestra que no es simplemente una
cara bonita y se hace creíble en su papel paranoico y obsesivo; Robert De Niro
demuestra que sigue siendo uno de los grandes actores de nuestro tiempo y nos
da una actuación magistral en el papel de ese hombre que ama a su familia pero
es incapaz de comunicarse con ella, incluso Chris Tucker que siempre me ha
parecido un poco fastidioso hace un papel más que correcto en la piel del mejor
amigo de Pat.
Pero
quien se roba la pantalla es Jennifer Lawrence: Su papel de Tiffany es
grandioso. Consigue enamorar no solamente al galán de turno sino a todas las
personas. En sus miradas, en sus palabras, está latente ese dolor por la
pérdida de ese amor, la culpa y el remordimiento pero también la redención y
las ganas de seguir adelante.
El
argumento es magnífico. ¿Quién no ha perdido a esa persona amada? ¿Quién no se
ha culpado a si mismo del abandono y pensado que si cambiamos nuestra actitud,
el físico o aquello que creemos que está mal esa persona va a regresar? En esos
momentos de desamor no vivimos por nosotros mismos sino en función de esa
persona, de su eventual retorno, nos obsesionamos con los recuerdos pasados y
pensamos que si lo hacemos mejor esta vez, todo podrá solucionarse y tendremos
un final feliz como de novela.
Pero
la vida no es como en las películas y ese reencuentro no se da porque esa
persona ya nos ama o se ha ido para siempre. Esta historia nos enseña que se
debe seguir adelante porque no hay más remedio y quedarnos en el pasado nos
seguirá consumiendo en el dolor y la desesperación mientras que el futuro nos
puede brindar nuevas oportunidades, personas y situaciones por vivir.
En
el libro en el que está basada la película, hay una escena reveladora. Pat le
pide a su hermano que lo lleve a ver a su ex esposa. A diferencia de la cinta
han pasado cuatro años y no ocho meses. Al llegar al lugar, la contempla a lo
lejos, jugando con su actual esposo –el hombre con que la engañó- y dos
pequeños hijos. Pat comprende que la mujer a la que amó, a quien le entregó sus
sueños y sus ilusiones nunca volverá con él, pero está tranquila y feliz y eso
basta para que él pueda cerrar ese ciclo.
Considero
que el amor debe ser eso. Debe liberarse del egoísmo, del querer que nos
quieran a la fuerza, de poseer a una persona. El amor nace libre sin esperar
ser correspondido, simplemente brota naturalmente, de manera maravillosa. Si la
persona que escogimos nos corresponde no habrá felicidad más grande en este
mundo; si por el contrario no nos ama o decide entregar su corazón a otra
persona, causa o lugar, debemos alegrarnos por ella, desearle felicidad eterna
y seguir adelante, letra a letra, paso a paso. ¿Quién sabe? Quizá a la vuelta
de la esquina nos espera Jennifer Lawrence.
Éste es el trailer de la película:
Y esta una pequeña joya que descubrí gracias a la película, ¡Qué grande es Stevie Wonder!:
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