Pensaba que esta sería mi
primer escrito en el 2015, por desgracia, ocurrió la tragedia en Paris con los
caricaturistas de la Charlie Hebdo asesinados por fanáticos religiosos y no
pude evitar escribir sobre ello. Siendo
las 11:00 pm, de enero 12 –casi 13- me pregunto si es demasiado tarde para hablar
sobre el nuevo año y mis propósitos….pero creo que por lo general llegamos
tarde a las cosas más importantes de la vida, a ese amor que conocemos cuando
no es el momento, a la familia que reencontramos cuando ya no se puede hacer
nada, a esa vida a la que atendemos cuando estamos a punto de morir…
Es curioso cómo nos ponemos
los últimos días del año agonizante, en verdad nada cambia, es solo una vuelta
más de la Tierra alrededor del Sol, un ciclo más de traslación, pero por estos
días , y al parecer es común en los habitantes de este planeta, sufrimos de una
especie de locura colectiva como si el mundo se fuera a acabar: Bebemos, comemos,
tiramos y nos volcamos a todos los excesos inimaginables como si el mundo se
fuera a acabar o como si quisiéramos que así pasara.
Fruto de ello es el mito del
fin del mundo para estas fechas, ocurrió para la llegada del año 1000, del 2000,
el 2012. De hecho no recuerdo una época de mi vida en la que cada cierto tiempo
no se hablara del fin del mundo, la culpa puede ser de cualquiera del Y2K, de
los Mayas, de la llegada del reino del dios furioso y justiciero de católicos y
cristianos, cualquier pretexto es bueno para la parranda perpetua.
Es cierto, un 1 de enero no
se diferencia en nada a un 31 de diciembre, por lo menos no climática o
geológicamente y el sol y las nubes muestran su cara de siempre, los bosques
siguen con el mismo verdor y el agua sigue corriendo por ríos y mares ignorante
de si estamos en el 2015 o seguimos en una especie de bucle infinito tipo que
nos hará prisioneros del 2014 por una eternidad. Sin embargo, el ambiente se
siente más liviano: La época de los excesos ha terminado y el apocalipsis no
llegó por lo que toca retomar la rutina de siempre, la magia ha terminado.
Sin embargo hay algo
especial en estos primeros días del año. Quizá sea la esperanza de que todo
será mucho mejor esta vez, no cometeremos los mismos errores ni caeremos en las
mismas trampas infantiles que solemos recurrir una y otra vez; quizá sea la intensidad de las promesas y los
propósitos de los 365 días por venir, un ponerse en forma, dedicar más tiempo a
lo que nos apasiona, o cumplir nuevos objetivos y dejar atrás vicios y personas
tóxicas o tal vez los primeros días el sol brilla con mayor intensidad y los días son mucho más hermosos.
Precisamente, la semana pasada
aproveché el tiempo de almuerzo para ir hasta un parque cercano, llegaba hasta la
parte superior del mism hasta un claro que por lo general mantiene
solitario. Me tendía a la sombra de un gran árbol y sentía como los rayos de
sol de esta cálida Bogotá de principios de año me teñía con su luz y su calor, cerraba los ojos mientras me
dejaba llevar por el momento y pensaba en mis propósitos para el 2015.
Realmente no tengo ninguno demasiado potente, pero recuerdo una conversación
con mi madre donde me decía que debíamos estar agradecidos por lo que tenemos y
recordé que la vida es de momentos, pequeños fragmentos donde creemos ser
felices…entonces quizá mi objetivo sea ese, aprovechar cada instante de esas personas
que nos hacen sentir felices, agradecerles por lo que nos enseñan y tratar de
corresponderle de la misma forma. Y no rendirme ante las adversidades. No rendirme
jamás y luchar por quienes me importan y por la escritura.
Hermosas fotografías :D
ResponderEliminary una buena reflexión... Tu blog aparece en el grupo de goodreads... Estoy pero que muy emocionado por los blog de colombianos con mis mismos gustos y pues aquí llego.
Mucho gusto :D ~ Te seguiré y me gustaría que también te pasaras por mi espacio, si lo deseas :D
http://otaku-town2.blogspot.com/
Espero nos llevemos bien :D
Saludos!