viernes, 29 de enero de 2016

The hateful eight o el placer del buen cine






Título: The hateful eight
Director: Quentin Tarantino
· Reparto: 
- Samuel L. Jackson como el mayor Marquis Warren, El Cazarecompensas
- Kurt Russell como John “La Horca” Ruth, El Verdugo
- Jennifer Jason Leigh como Daisy Domergue, La Prisionera
- Walton Goggins como Chris Mannix, El Sheriff
- Demian Bichir como Bob, El Mexicano
- Tim Roth como Oswaldo Mobray, El Hombrecillo
- Michael Madsen como Joe Gage, El Vaquero
- Bruce Dern como el general Sandy Smithers, El Confederado


Sinopsis
Una diligencia se dirige veloz hacia el pueblo de Red Rock, en su interior se encuentra un cazarecompensas, John Ruth,  con su prisionera, Daisy Domergue, una peligrosa criminal. El carruaje hará un alto en el camino donde dos hombres se unirán al grupo, otro cazarecompensas Marquis Warren y el nuevo sheriff de Red Rock, Chis Mannix. Obligados por una tormenta la diligencia deberá hacer un alto en la Mercería de Minnie, donde hay alojados tres hombres además del encargado provisional del lugar. Sin embargo, Ruth sospecha que en ese lugar uno de ellos no es quien dice ser y hará lo posible por asesinar a los demás y liberar a Daisy…

Los primeros minutos de la octava película de Quentin Tarantino son una declaración de intenciones. Los planos son largos, el ritmo es pausado y los diálogos predominan. A pesar de ello conforme van pasando los minutos el ritmo se siente opresivo, en especial al llegar a la Mercería de Minnie donde sabemos que hay una serpiente camuflada entre los huéspedes y donde la traición y la muerte se esconden dispuestas a salir en cualquier momento.

He oído muchas críticas a esta película, una amiga me dijo que vio a varias personas salirse del teatro durante la función. Quizá la culpa sea del mismo Tarantino quien malacostumbró a la audiencia con películas como Kill Bill y Django donde la acción, los tiros, las acrobacias imposibles y la sangre se ven a tutiplén. Esta película no tiene esto. Es cierto que no faltan la escenas fuertes, los asesinatos y demás, pero son un complemento duro y necesario, no la esencia misma del filme.

Acá lo verdaderamente importante es la construcción de los personajes y es donde se ve la maestría de Tarantino. Cada uno de ellos tiene un magnetismo irresistible adobado con las magníficas actuaciones del elenco a quien el director saca hasta la última gota, los diálogos incluso los más trascendentales tienen un transfondo mucho más importante de lo que se ve a primera vista (el caso de la carta de Lincoln, por ejemplo).

Una de las cosas que más disfrute de esta película es precisamente eso, la manera teatral en que está rodada. Coges unos personajes muchos de ellos caricaturas o exageraciones de un estereotipo (como el vaquero interpretado por Madsen o el Mexicano de Demian Bichir) , los encierras en un lugar y el coctel resulta explosivo. No necesitas de nada más, simplemente un guion brillante, unas buenas actuaciones y un ambiente claustrofóbico y dejarlas a su suerte.

Algo que me llamó mucho la atención es el ambiente que tiene la película. Tanto en esta como en su anterior película Django se explota tanto el viejo oeste como el racismo. En el caso de Django es más espectacular, más exagerado, en esta película, la historia se desarrolla años después de la Guerra Civil norteamericana (para los que no saben fue cuando Norte y Sur se enfrentaron por la esclavitud) y las heridas sin cerrar, el odio, las venganzas sin ejecutar y el racismo son latentes siendo explotada de manera brillante en la historia que dos de los protagonistas tienen en común. No sé por qué pero creo que mucho de lo que se ve en esta historia ocurrirá en Colombia cuando finalmente ocurra el postconflicto.

  En cuanto a la música no hay mucho que decir. Su compositor, Ennio Morricone no es ningún novato en esto de hacer música para los westerns, suya es la música de la trilogía del dólar dirigidas por Sergio Leone y donde un joven  y desconocido Clint Eastwood se convertiría en una gran estrella. En esta ocasión la música es  -a primera vista- muy básica pero al mismo tiempo es magistral pues calza perfecto con el ambiente claustrofóbico y demencial de la historia.


¿Buscan diálogos inteligentes? (El de Tim Roth, por ejemplo hablando sobre la justicia del verdugo es una joya) ¿Una puesta en escena donde cada detalle cuenta? ¿Actuaciones soberbias? ¿Giros típicos tarantinianos? ¿Sangre y gore en su justa medida? Entonces no lo duden estos Hateful eight esperan por ustedes.



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