miércoles, 14 de septiembre de 2016

En defensa de Mariana Pajón, una respuesta a Ricardo Abdahllah

Leí el artículo del Ricardo Abdahllah, El silencio de Mariana (http://www.las2orillas.co/el-silencio-de-mariana-pajon/ ) donde el escritor se va con toda contra la deportista antioqueña porque no toma partido (o por lo menos no lo hace de manera pública) en la campaña por el SÍ en el plebiscito, acusándola de no tener coraje y ser una cobarde estratégica por no hacerlo.
Comencemos con que no creo que ella necesite que la defiendan. Sus méritos deportivos, que hoy por hoy la convierten en la atleta más importante en la historia del país hablan por ella. No creo que alguien que ha demostrado su tenacidad, esfuerzo y amor por lo que hace desde niña sea una cobarde. Sin embargo quedo con una molestia latente, más allá del artículo, por  la actitud polarizada que está tomando la discusión del plebiscito.
En el texto, el escritor acusa a Mariana de no atreverse a defender el SÍ, llamándola ‘apática por conveniencia’ insinuando que no lo hace para no molestar a sus patrocinadores quienes, tal vez, se lo tienen prohibido. La afirmación más allá de ser una afirmación temeraria y  precipitada me parece una falta de respeto con ella. Si la deportista quiere o no opinar al respecto es su problema, cada colombiano tiene derecho no  a expresar su opinión sobre este tema, acusar de ‘no aportar su grano de arena de paz al país’ a la deportista que más gloria le ha traído a Colombia es simplemente ridículo.
Otros deportistas como Nairo Quintana han apoyado abiertamente el SÍ al plebiscito, mañana quizá aparezca otro que no esté de acuerdo con el proceso de paz y así lo exprese. No creo que su opinión los convierta en héroes o villanos, cobardes o valientes,  culpables o inocentes de la paz en Colombia  así como lo plantea el señor Abdahllah. Lo que me importa de ellos son sus historias de entrega y esfuerzo por una bandera y un país que muchas veces los abandona y que sólo los recuerda cuando triunfan.
Yo también votaré por el SÍ, porque creo que el país merece un nuevo inicio, aprender a perdonar y ser incluyente. Sin embargo me molesta la actitud, como es tan evidente en este artículo, de desprecio por la opinión del otro, por quienes no piensan como yo. Tanto quienes votan por el SÍ como por el NO están convencidos de tener la verdad absoluta, de creer que el otro es un idiota, que o bien quieren que la guerra se siga extendiendo o de entregarle el país a los guerrilleros.
Creo que nadie tiene el monopolio de la verdad, estoy a favor del proceso en La Habana pero hay muchas cosas de la guerrilla como su arrogancia o ver la falta de un verdadero arrepentimiento que me incomodan, tampoco creo que con el acuerdo se llegue a una verdadera paz pues quedan problemas de base como la corrupción o la inequidad que no se tratan seriamente  porque no dan premios Nobel de paz, pero estoy convencido que este es un paso obligatorio en busca de un país más justo y mejor.
La discusión es con argumentos no con descalificaciones, ni insultos. Si soy capaz de comprender el punto de vista del otro (así no comparta su opinión) quizá pueda hablar con ella y convencerlo de mi parecer de manera constructiva. Tal como lo dice Mariana Pajón, de quien hablamos al principio, “La paz no se da en La Habana sino en cada uno”.
Que así sea.
Twitter: @tuliofer69



2 comentarios:

  1. Desconozco a que viene esta polémica, pero creo que vuestro país puede entrar en una dinámica positiva si cerráis de una vez esa división que existe perdonándose ambas partes.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es un placer entrar y ver tu comentario, Alfred. Preciso y contundente. Concuerdo con lo que dices. Muchas gracias por leerme. Un abrazo.

      Eliminar