viernes, 18 de octubre de 2013

Fabulas gatunas




Es una verdad conocida que los más jóvenes no leen.  Iphones, Nintendos y demás chucherías del siglo XXI han alejado a las nuevas generaciones de los clásicos de la literatura; y si la esperanza para que los más chicos vuelvan a las letras son las poesías de Roy Barreras y la biografía de Álvaro Uribe Vélez, podemos apagar la luz e irnos.

Como rotativo felino mecenas  en la cultura, la lulada, el aborrajado y demás cosas buenas de la vida,  nos interesa incentivar la lectura (además porque si nadie lee, esta gatuna publicación tristemente deberá cerrar sus puertas e irnos pa’ la casa),  por lo que hemos decidido publicar algunos de las fabulas de ayer y hoy en busca de generar interés. Valga la pena aclarar que las hemos adaptado a los nuevos tiempos para generar nuevos adeptos.

Estos son algunas de nuestras fabulas gatunas….


La gallina de los (tres) huevos de oro

Érase una vez un presidentico que tenía sus tres huevitos de oro,  los cuidaba con esmero y buscaba una gallinita que pudiera cuidárselos.  Después de pensarlo mucho  (y de que la mayoría de sus plumíferos fueran a la cárcel por corrupticos, a pesar de ser buenos muchachos), se decidió por la gallinita JuanMa, que seguro le cuidaría sus ovalados tesoros,  pero decidió arriesgarse y sacrificar a la gallinita mandándola para la presidencia. El ave se volvió mandataria, empezó a negar paros y a reventar los tres huevitos al día siguiente de ser elegido. El pobre expresidentico se dio cuenta que el ave estaba completamente vacía por dentro. Por desgracia, el resto de los colombianos nos dimos cuenta demasiado tarde.

Moraleja: Hijitos, la ambición rompe el saco y ni para-militares hay excepciones




El lagarto y la liebre

Una vez la liebre y el lagarto decidieron apostar una carrera hasta la cima de una colina. El  lagarto, que se llamaba Roy (nombre elegido al azar), era lento y astuto mientras la liebre era rápida y honesta. Comenzó la carrera y la liebre salió a toda carrera dejando atrás al pobre Roy. Éste no se preocupó y con su paso lento pero seguro se dedicó a hablar con gamonales locales, comprar votos y promesas a cambio de lechonas,  cambiarse de partido político animal según las conveniencias y en hablar con la prensa sobre su rectitud. La liebre llegó a la cima de la colina a los quince minutos, mientras que el lagarto se demoró quince días en hacerlo, pero los jueces de la competencia  –amigos de nuestro Roy- decidieron que él era ganador por diferencia abrumadora a la vez que lo nombraron presidente vitalicio del Senado.

Moraleja:  Más vale maña y marrullería política que fuerza y talento






El América y las uvas verdes

Había una zorra llamada América que estaba en un viñedo. En lo alto había unas uvas de la marca  “Promoción”. La zorra se paró en sus puntas, saltó para cogerlas, pero no pudo alcanzarlas, se montó en una silla, llamó a Diego  Edinson Umaña y pidió que la sacaran de la lista Clinton pero todo fue inútil. Finalmente miró al piso y dijo “Estúpida promoción, al final ni la quería, prefiero quedarme en la B”.

Moraleja: Agua que los Rodríguez no han de beber, amigo déjala correr





El pastorcito mentiroso

Había una vez un pastorcito político mentiroso. Una vez empezó a gritar:
-El Polo, El Polo, se viene el Polo….
Pero quedó electo Mockus entonces nadie le paró bolas. A la elección siguiente el pastorcito gritó.
-El Polo, El Polo, se viene el Polo….
Pero quedó electo Peñalosa y nadie le paró bolas. A la siguiente elección el pastorcito, aterrorizado gritó….
-El Polo, El Polo, se viene el Polo….
Pero nadie le paró bolas…y esta vez llegaron Lucho Garzón, Sammy Moreno y Petro a acabar con la pobre Bogotá.

Moraleja:

Bogotá está tan jodida que ninguna moraleja aplica.





Artículo publicado en el periódico de humor 'El Gato'  (El mejor rotativo del mundo y sus contornos)

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