martes, 8 de octubre de 2013

De Michael Corleone a Walter White







Amamos aquellas historias que nos hablan sobre imperios destruidos y grandes personajes que dejan atrás vidas grises y cotidianas para elevarse a figuras legendarias, así hayan construido su nombre por medio del crimen, muerte y sangre. De igual manera, sentimos una extraña fascinación por su caída, el momento en que sus reinos se derrumban como un castillo de naipes y llegan de manera implacable las consecuencias por sus actos.


El cine, la literatura y ahora la televisión nos han ofrecido múltiples historias de este tipo, y si en el pasado la figura emblemática de este arquetipo era Michael Corleone, protagonista indiscutido de la trilogía de El Padrino, dirigida por Francis Ford Coppola y escrita por Mario Puzo; en la actualidad la historia de Walter White, narrada en la serie Breaking Bad, creada por Vince Gilligan, parece ser su heredera directa.  

¿Qué tienen en común un maestro de química diagnosticado con cáncer que  cocina metanfetaminas en Nuevo México y el capo de todos los capos de la mafia de Nueva York? Vamos a descubrirlo….


ATENCIÓN SPOILERS DE LA TRILOGÍA DE EL PADRINO Y LA SERIE BREAKING BAD


11.)  Puntos de quiebre para unas vidas demasiado cotidianas

Walter White era un apacible profesor de química que llevaba una vida relativamente normal; Michael Corleone a pesar de ser hijo del mafioso más importante de NY, le daba la espalda al negocio familiar y renegado de su apellido. Ambos tenían planeados dedicarse a cimentar sus propias familias (Michael casarse con Kay y Walter criar a sus dos hijos), pero golpes del destino hacen que sus planes cambien por completo.

En el caso de Michael, su padre Vito, recibe un atentado de Virgil Sollozo, un mafioso rival que pone en jaque a toda su familia y en donde él se revela como la única persona apta para salvarlos a todos (sus hermanos son muy temperamentales o demasiado pasivos); mientras que Walter recibe la noticia que tiene cáncer de pulmón inoperable, le queda poco tiempo de vida y no tiene suficiente  dinero para dejarle a su esposa embarazada y su hijo adolescente.

¿Qué hacer cuando la vida parece cerrar todas las puertas y la única opción para un mejor futuro se encuentra en hacer cosas que nunca imaginaste? Ellos deciden cruzar la línea de lo legal para hacerlo. Él uno decide eliminar la amenaza que intentó eliminar a su padre, mientras el otro con  la ayuda de un antiguo estudiante decide preparar droga ilegal. El problema es que una vez se da un  paso en el mundo del crimen no hay vuelta atrás.

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2.)  Justificar lo injustificable

Ambos personajes se excusarán hasta la saciedad diciendo que todas sus acciones  las hicieron por sus familias, por querer salvarlas y vengarse (caso Michael) o por dejarles suficiente dinero una vez la enfermedad hubiera acabado con él (Walter); y si bien en un principio creyeran en esta justificación para traficar, asesinar y mentir, conforme va pasando el tiempo, el ego, la ambición y la sed insaciable de poder van convirtiendo este pretexto en algo tan flojo que ni ellos mismos creen, a pesar de seguirlo argumentando ante quienes aman de manera ridícula.

Quizá lo que  ejemplifica esto  es que ninguno de los dos es capaz de salirse del negocio una vez ‘han salvado’ a la familia. Michael acaba con las cabezas de las Cinco Familias de Nueva York , ya no hay nadie que dude del poder de los Corleone ni que se atreva a amenazarlo; por su parte después de la muerte de Gus Fring, Walter White tiene suficiente dinero para que sus seres queridos no vuelvan a pasar nunca necesidades (rechaza los cinco millones de dólares  que le ofrecen para abandonar el negocio) pero ninguno es capaz de retornar a esa vida sin preocupaciones que ya consideran inconcebibles.

El orgullo ha ganado la partida, ambos prometen salirse de sus negocios sucios, sólo quieren seguir otro rato, afianzar el negocio, conseguir un poco más de plata y siguen esgrimiendo su triste pretexto de manera patética aunque saben que no lo van a hacer y cuando decidan que ya es suficiente será demasiado tarde para todos.



33.)  Un alias que da identidad y poder

Michael Corleone es simplemente el tercer hijo de un capo de la mafia que no quiere saber del negocio; Walter White, un profesor de química al que todos miran con una compasiva sonrisa. Son inofensivos, pueden ser buenos amigos o familiares pero no pueden causar terror o ser respetados.

Por ello, deciden construir una especie de alter ego, una personalidad alterna que genere ese reconocimiento que ellos no han obtenido. Quizá el caso más notable sea el de Walter White que se enfunda un sombrero negro, unas gafas ridículas y se hace llamar Heisenberg. En ese momento su mirada cambia, su voz se llena de soberbia y no nos recuerda al querido profesor en ningún aspecto. En el caso de Michael es simplemente un título, el de Padrino, jefe indiscutible de la mafia, sin embargo, al final de la primera película, cuando se afianza en este título vemos que es un hombre diferente, capaz de las cosas horribles que hará en el futuro.

Ambos hombres se solazan con sus alias, lo convierten en una extensión de sus personalidades, lo exhiben con orgullo. No hay sino que ver como Michael le miente cínicamente a su esposa para después ser alabado por sus lacayos o como Walter después de presumir de algunos de sus crímenes exige que digan su nombre, (Ese Say my name que ordena a un potencial socio…)

Pero ambas escenas son tan maravillosas que es inevitable no recordarlas….






44.)  No retorno

Llega un momento cuando ambos personajes deciden salirse del negocio. Quieren retornar a sus vidas normales y honorables, hacer borrón y cuenta nueva, un acá no ha pasado nada,  pretendiendo que toda la sangre derramada sea arrastrada por el viento y el agua. Pero  no nos engañemos, si estos personajes deciden retirarse de esta vida no es porque se arrepientan de sus actos sino porque se les acaba el tiempo de vida (El Padrino ya está viejo y cansado y a Walter le retorna el cáncer) sin embargo, olvidan que todos los actos cometidos tienen consecuencias y que la senda que decidieron seguir no acepta un simple NO como respuesta.

A eso hay que sumarle que han sido de tal tamaño sus pecados que se han quedado prácticamente solos, sin amigos, sólo cómplices, y han generado tanta rabia y resentimiento en sus víctimas que ellas no descansarán hasta verlos acabados.

En el caso de White, cuando Hank descubre quién es en realidad ese hombre que tantas veces ha entrado en su casa y compartido su comida, jura atraparlo a toda costa; Walter quiere evitar lastimar a su cuñado pero no tiene en cuenta toda el odio y el resentimiento que ha generado  en él, y si a eso le sumamos el factor Jesse Pinkman, su socio, su amigo, a quien tantas veces le salvó la vida pero a quien manipuló otras  mil más, logrando que de la admiración  y el aprecio se convirtiera en desprecio y ganas de venganza,  todo detonará en una explosión que será una tragedia en todos los sentidos.

Para El Padrino las cosas no son muy diferentes. Después de una vida dedicada al crimen quiere legalizar sus negocios, dejarlo todo atrás. No tiene en cuenta que nadie cree sus palabras, los otros mafiosos prefieren “mandarlo a Belice” que arriesgarse a un posible regreso, incluso contratando un helicoptero que cumpla este fin. Hay una escena donde Michael está hablando con su hermana y su abogado y refleja toda la frustración rabia e impotencia de no poder salirse de ese mundo.




55.)  Final solitario

Como hemos dicho antes La familia, es su grito de batalla, la excusa para envenenar niños, matar inocentes, poner bombas, mentir, robar y planear golpes maestros. Pero si miramos el final de nuestros amados y odiados personajes nos damos cuenta que esas personas, las más amadas son quienes sufrirán con mayor dureza el retorno de la ola.

Walter White, más conocido en el bajo mundo como Heisenberg, pretendió hasta el último minuto mantener a su familia unida, que su secreto muriera con él. Al ver que esto era imposible y que Hank estaba al tanto de su pista prefirió ser capturado a lastimar a su cuñado y sin embargo, la vida le deparaba un duro revés al ser testigo de cómo la banda de neonazis que él comandó, le metía a su familiar un  tiro en la cabeza  En una de las escenas más conmovedoras de la serie vemos como Walter prefiere de manera infructuosa entregar todo el dinero que ha ganado con tal de evitar una muerte inminente de su ser querido.

A partir de ese momento la bola de nieve será irreversible. Su familia se entera y lo culpa, es odiado y maldecido por todos, su hijo  amado le grita en la cara que debería morirse y que no quieren ese dinero manchado con sangre. Walt huye y es tanta su soledad que llega al extremo de regalar diez mil dólares a un desconocido por una hora de compañía.

En el caso de Michael Corleone la situación es mucho más triste. Él mismo ordena el asesinato de su propio hermano (un acto que nunca olvidará como veremos en la tercera parte, en una gran escena donde confiesa sus pecados a un sacerdote bueno), sus hijos le temen, su esposa a pesar de amarlo no vuelve con él por quien ha sido y al final, como un castigo peor que la muerte, Mary Corleone, su hija, la luz de sus ojos, es asesinada ante sus ojos.

Ambos mueren solos, de manera miserable. Si bien es cierto que Walter regresa para vengar la muerte de su cuñado y liberar a Jesse y Michael se queda viviendo en Italia, ambos acabaran completamente solos, sin nadie que los llore, pensando una y otra vez si toda la plata y el poder sirvieron de algo y ahogados en recuerdos de épocas que ellos mismos asesinaron.

Ambos finales son obras de arte que es imposible dejar de verlas una y otra vez:







1 comentario:

  1. Muy buen artículo! Mira que me habías dicho veces que lo leyera, y por fin lo hago... siento haber tardado!
    Lo único que no he leído ha sido el último punto. Resulta que a día de hoy todavía tengo que verme la trilogía de El Padrino. :/
    Me ha gustado mucho cómo comparas a los dos personajes y los diseccionas, en muchos puntos de vista coincido contigo.
    Felicidades por el artículo! :)

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