Título
original: Limpieza de autor
Autor:
Sergio Ocampo Madrid
Editorial: Penguin Random House (Sello Literatura
Random House)
Una serie de muertes conmueve la
ciudad. Uno tras otro caen asesinados los mejore payasos, los
más reconocidos y también los más inofensivos e indefensos. Payasos de fiesta y de esquina, de circo o de salón, sólo los une su pasión por el viejo oficio de hacer reír. ¿Quién puede estar detrás de estas muertes atroces e inexplicables? ¿Quién puede odiar -o temerle- tanto a la risa?
Este libro contiene a su vez dos historias. En la primera
de ellas, un misterioso asesino empieza a matar payasos sin
distinción alguna y sin en un principio las primeras víctimas son esos miserables
que se pintan la cara para anunciar almuerzos por unos pocos pesos, poco a poco
irán cayendo artistas de mayor importancia, mientras que en la segunda vemos
una crítica al periodismo, a como el periodista se convierte en amo de los
hechos y como no existe una verdad absoluta sino una versión de ella
terriblemente manipulada.
Pobres payasos, ¿Los han visto? Siempre menospreciados o
patéticos cuando no siniestros o inspiradores de terror (pueden preguntarle a Stephen King sobre el tema) . Creo que uno de los
gremios que menos respeto inspiran en la sociedad es el de estos personajes, no
por nada cuando se quiere hablar de algún triste o miserable personajillo se le
dice ‘pobre payaso’. Sergio Ocampo Madrid, parte de este premisa para
retratarnos una sociedad insensible donde estos seres son carne de cañón de un
psicópata que parece haberse ensañado con ellos.
El inicio de la obra muestra esta premisa de manera muy
inteligente: Nos traslada al funeral de uno de ellos y nos muestra lo ridículo
que se ven estos personajes en su indumentaria de trabajo –peluca, maquillaje,
zapatos gigantes y sombreros con flores- trasladando el ataúd de su compañero
caído hasta el cementerio porque no tenían dinero para permitirse un carro funerario.
A su vez, un periodista empieza a investigar los hechos,
pero no nos engañemos, no es reportero común, sino perteneciente a aquellos seres que viven de la noche urbana
y del caos, que se nutren de los asesinatos y la sordidez para poder subsistir, uno de esos
especímenes que al igual que los buitres se alimentan de los despojos para
vender más ejemplares.
El protagonista, al igual que ocurre con Winston Smith de1984 el libro escrito por
George Orwell, manipula los hechos a su antojo, y si en la distopia de Orwell
el objetivo era mantener en los ciudadanos un estado permanente de miedo y paranoia,
en este libro es el orgullo y la soberbia quien guía los actos del periodista.
Lentamente el asesinato de los payasos y las situaciones
de humor negro –el entierro ya citado, una pelea entre aquellos que se
consideraban profesionales del humor contra los pobres muertos de hambre que se
enfundaban una peluca y unos pompones para salir a buscar unos pocos peso, por
considerarlos que estaban ensuciando ‘el oficio’- van dejando paso a una
reflexión sobre una sociedad que indolente se acostumbra a vivir con la
muerte como compañera de viaje, la realidad relativa, manipulable y vendible al mejor
postor, y cómo lo importante no es la verdad ni quiénes son los verdaderos
culpables sino quien puede servir de chivo expiatorio ante unas autoridades
corruptas e ineptas.
Una de las mayores fortalezas de la novela es su narración:
No por nada Ocampo Madrid se desempeñó como periodista por poco más de veinte años, su
prosa es ágil, limpia, no se desvía en detalles nimios sino que va directo al
punto y sabe utilizar apuntes de humor (esas notas al pie de página) de manera
adecuada.
Al final, el crimen y el asesino terminan dando paso a una
inteligente reflexión con bastantes ecos sobre El nombre de la rosa de Umberto
Eco sobre la sociedad, la muerte, el miedo y la risa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario