martes, 15 de marzo de 2016

El amor en los tiempos del twitter.

Si la Cenicienta hubiera nacido en esta época, el Príncipe Azul se habría evitado la correría por todo el reino en busca de la misteriosa dueña de la zapatilla de cristal, seguramente le habría tomado una foto a la misteriosa mujer y alguien la habría etiquetado haciendo más fácil la parte de comer perdices; Romeo y Julieta habrían chateado por Whatsapp un par de días antes de aburrirse y terminado evitando así varias muertes en Verona,  y La Bella y la Bestia se habrían dado match en Tínder por sus gustos en común y las fotos de la biblioteca del peludo.

La tecnología ha cambiado para bien y para mal nuestra concepción del mundo. Todo lo que percibimos, sabemos y conocemos está en gran parte supeditado al amplio, casi infinito mundo de la red. La información que antes se demoraba días y semanas en llegar a nuestras manos ahora la tenemos al alcance de un tweet o un post de Facebook. La aldea global que predijo Marshall McLuhan se llevó a cabo en mucho menos tiempo de lo esperado y el mundo está justo al alcance de nuestras manos.

El romance no podía ser ajeno a este fenómeno, ya que el amor siempre se ha aprovechado de las tecnologías para poder expresarse, así como pasamos de las cartas que Cyrano de Bergerac le escribía a su amada, hasta los telegramas que Florentino Ariza le mandaba a Fermina Daza en El amor en los tiempos del Cólera de Gabriel García Márquez.

Es así como los enamorados han encontrado en las redes sociales y en la tecnología una forma de consolidar sus relaciones. Aquellas parejas que por razones del destino se encuentran lejos, en diferentes ciudades o continentes no tienen que hacer el viaje de varias semanas para saber de su amada como lo hizo Efraín al ir a ver a su adorada María (novela de Jorge Isaacs para más de un despistado) sino que con una simple llamada de Skype puede ver fresco y lozano el rostro de su amada.

Pero incluso no hay que estar separados a miles de kilómetros de distancia para usar la tecnología en las lides amorosas. Si una pareja no puede verse por uno o varios días siempre estará la opción del whatsapp para saber cómo se encuentra. Hay mensajes de voz, llamadas por el facetime, mensajes directos por el twitter o por snapchat para todos los gustos y sabores. Incluso hay aplicaciones donde los novios pueden darse regalos ya sean virtuales y reales.

Sin embargo no todos son ríos de miel y leche como dicen en la biblia en este paraíso de romance virtual. La tecnología nos ha facilitado tanto la vida que en cierto sentido nos ha vuelto perezosos, lo que antes nos esforzábamos en conseguir, ahora lo hacemos en un par de segundos sin ninguna dificultad, puedo hablar por ejemplo de películas, series y libros sólo por mencionar algunos.


El campo que hoy nos ocupa no es la excepción. Hay aplicaciones como Tínder donde el amor –o por lo menos el deseo- se tiene al alcance de un clic. Es sencillo: Ves fotos del sexo opuesto, le das Me gusta a una persona que te haya llamado la atención y esperas ser correspondido para entablar una conversación. A primera vista se ve sencillo y práctico, pero me parece que en este tipo de aplicaciones falta lo primordial: ¡La presencia humana! Una foto nunca podrá compararse con la primera impresión de una persona que nos atrae, el tono de su voz, el olor que emana o la profundidad de unos ojos en vivo y en directo. Algunos dirán que sí hay una química virtual estas personas podrán conocerse y experimentarlo, pero habrán perdido un poco la magia de ese primer encuentro sin antecedentes ni prevenciones.

Ahora bien, en el campo de las parejas establecidas la situación tampoco es tan sencilla. Las parejas se han vuelto perezosas. Los hombres ahora mandan detalles virtuales, flores compuestas por píxeles, mensajes de voz en vez de encuentros reales y hasta hay casos donde uno de los dos termina la relación por un mensaje de whatsapp. Se ha perdido un poco el detalle, el factor sorpresa, un ramo de flores reales en la oficina, una salida a comer donde el celular y la tableta no existan por unas horas.

No digo que la tecnología sea mala para conseguir o mantener el amor. Es simplemente una herramienta que está a nuestro servicio y que está a nuestra mano convertirla en una gran ayuda o volvernos unos esclavos sin cerebro ni ideas de ella.

Una última anécdota sobre el amor y la tecnología. Una amiga abrió una cuenta en LinkedIn, la red social que permite establecer contactos laborales. A su cuenta le llegó un mensaje de un inglés el cual le decía que se había enamorado con locura de ella y que no veía la hora de llevársela a su natal Inglaterra para casarse con ella y tratarla ‘como una reina’, aparte de describirse cual currículum laboral, fulanito inglés anexo un par de fotos de su anatomía (que por su contenido no se pueden publicar en este prestigioso medio)…mi amiga desde luego bloqueó al Mr de su cuenta, pero no dejó de preguntarme si tal vez haya una Mrs para este Casanova digital y puedan tener un final feliz….que quepa en los 140 caracteres obligatorios de twitter.

Nota publicada en el Periódico Al Derecho (Periódico de la Facultad de derecho de la Universidad de los Andes):  https://www.facebook.com/periodicoAlderecho





4 comentarios:

  1. Hola Tulio.
    Paso del espacio de Rodolfo, me parece unteresante y paso a leer el resto.
    Cierto que la tecnología avanza, abre nuevos caminos, se puede uno enamorar del sentimiento en letras, o de una foto.
    Pero también existen datos engaños y nada mejor que realidad natural por lenta y cruda que sea.
    Muy interesante para meditar de como usamos la tecnología, sin tener sobresalto, o daño alguno, moral y físico.
    Muy buen artículo, gracias.
    Con tu permiso me quedo y te dejo este enlace, también va de alor pero diferente.
    http://ambaringles.blogspot.co.uk/2016/03/loca-si.html
    Un abrazo.
    Ambar

    ResponderEliminar
  2. Perdón.
    Mis dedos danzan y van a las teclas que no deben.
    unteresante, engaños, alor
    INTERESANTE, ENGAÑOSOS, AMOR.
    Ambar

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante, estamos en un mundo con prisas, se obtienen resultados muy rápidos gracias a las nuevas tecnologías, el mundo y las relaciones personales cambian, no sé si para bien ;)

    ResponderEliminar
  4. El amor en un tweet, un like o un emoticón. Qué práctico se volvió amar pero frágil en todo caso, ya el número de amigos o tus comentarios se vuelven pruebas de divorcio. Que delgada está la cuerda que antes se ataba a través de cartas, largas llamadas, caminatas. Por eso es más fácil que se rompan las relaciones en este siglo, porque el amor desde la virtualidad pierde su sentido, ya no somos la generación de las caricias, ni siquiera de mirarse a los ojos. El amor debe aferrarse al sentido humano de conexión de los abrazos y de reír no a través de un teléfono o una video llamada, sino de reír juntos en la misma calle, respirando el mismo aire. Yo propongo recuperar el amor a la vieja usanza sin intermediarios tecnológicos, salir a la calle y enamorarse perdidamente de unos ojos, de una sonrisa o de una buena conversación.
    Me encantó tu artículo TulioFer!

    ResponderEliminar