domingo, 11 de septiembre de 2011

Bienvenidos a este mundo (reflexiones en una servilleta)

Bienvenido a un mundo sin puertas. Sin techos, ni límites, sin permisos ni persianas. A un lugar donde la realidad se tiñe de tus más anhelantes deseos, de las pasiones tiernas y también las atrevidas.

Bienvenido a un lugar en donde la sangre se convierte en tinta, donde las historias se tejen y destejen como en el telar de Penélope en las cálidas noches a la espera de Odiseo.
No necesitas equipaje para este viaje, ni dinero, ni siquiera un amor que te espere anhelante en casa. Despójate de miedos, angustias, iras y rencores. En este sitio los recuerdos no lastiman porque se aprende del pasado y el futuro no se existe hasta que lo hayas inventado.
Este lugar es como todos los que antes has visitado y los que aún no conoces  pero recorres en sueños, con tanta claridad que al despertar todavía recuerdas el eco de las pisadas sobre el camino y su aroma recorre de manera juguetona tu nariz hasta llegar al cerebro, evocando el olor de la lluvia durante  tu infancia.
Tus pasos te traen hasta este lugar porque era inevitable que pasara, porque desde que estabas en el vientre de tu madre ya anhelabas visitarlo y todas tus vivencias, todas tus lágrimas y risas, los pensamientos,  días y lunas de la vida han labrado este camino para ti.



Este es tu mundo. Una tierra sin fin. Este es el destino que buscaste toda tu vida sin ser consciente de ello. Ahora siéntate, acomódate en la silla. Prende ese cigarrillo que traes, expulsa el humo y observa las figuras tomar miles de formas en el aire antes de desvanecerse.
Tienes ante ti una hoja en blanco. Esta es la entrada, tú tienes la llave y no hay guardián que te impida el paso. Sólo un espacio que aspira a ser llenado, una nada que será llenada con tu espíritu.
No temas porque no sepas que poner. Puedes ir al lejano oeste, al Japón medieval, a un futuro que no existe; puedes asesinar al presidente y poseer a la mujer más hermosa del mundo;  ser la mente maestra de una conspiración o ser el artífice del nacimiento de una nueva relación que puede tener la misma duración que el final de un cuento de hadas.
En este mundo de tinta y oro no hay nada prohibido o pecaminoso. No hay jurados o verdugos. Tan sólo estás tú,  y aunque en ocasiones no hay juez más implacable que la misma conciencia, ella estará callada mientras permanezcas aquí.
Apaga la televisión y las voces del mundo exterior. Abandónalo todo y escucha: Son los mundos que propugnan por salir, los personajes que quieren vivir en tus letras y ser inmortales en tus historias.
Bienvenido a este mundo. Para ser parte de él debes dejarte llevar y escribir la primera letra, el resto saldrá por sí solo, te lo prometo.
Y será maravilloso…..




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