Diosas, brujas y vampiresa. El miedo visceral del hombre a la mujer
Autora: Susana Castellanos de Zubiría.
376 páginas
Susana
Castellanos de Zubiria es una profesora y académica que siempre ha sentido
fascinación por el mundo místico y misterioso de lo femenino. En este libro
hace un recorrido histórico por las
diferentes culturas donde recoge diferentes facetas de cómo se representa a la mujer, desde creadora y
otorgadora de vida y fertilidad a vampiresa sexualmente insaciable y
depredadora.
La
mujer es el misterio más grande del universo. Para los hombres comprenderlas ha
sido el enigma más fascinante de todos,
el hecho de que en ellas se geste la vida llena de temor al hombre, que
a pesar de su falsa seguridad y valentía no puede hacer otra cosa que caer
rendido a sus pies.
Pero
es más que eso…una mujer es hija de la
noche y del tiempo, poseedora de
una mirada capaz de contemplar el tiempo y el destino.
Su sonrisa tiene el poder de otorgarle la inmortalidad a un pobre mortal y su
abrazo puede ser más mortal que la más afilada de las espadas.
Los
hombres son conscientes de lo débiles que son ante el poder de lo femenino manifestando curiosidad ante su poder. En un principio lo reverenciaron y fruto de ello nacieron las diosas madres
creadoras, pero posteriormente este respeto se convirtió en miedo y ustedes
saben lo que pasan cuando una mayoría tiene miedo: Demoniza al objeto de sus
pesadillas y fue así como la mujer pasó de creadora a criatura temible y de
allí prácticamente a ser la culpable de todas las desgracias ocurridas a los
machos –pobrecitos ellos- devotos.
Susana
aborda todas las culturas desde las sumerias y babilónicas hasta las de América
precolombina indagando sobre la concepción que se tenía de mujer. Todas las
civilizaciones tienen en común ese temor, ese miedo, ese desconocimiento ante
la magia de lo femenino, las diosas dan la vida pero al mismo tiempo pueden ser
vengativas y otorgar la muerte. Con el paso del tiempo serán las encargadas de hilar el destino y convertirse en el
puente entre el mundo de los vivos y los muertos.
Igualmente
la autora ahonda en las hechiceras, hermosas mujeres a las que el mundo antiguo
les teme pero admira. Con el advenimiento del cristianismo la mujer se
convertiría en prácticamente la fuente de toda maldad a excepción de la virgen
María –figura a menudo satirizada por
Susana- y la hechicera se degenera en la
bruja.
El
miedo puede llevar a la locura y el desenfreno y esto lo retrata muy bien el
libro al llegar a la parte de la brujería en donde la iglesia arremetió de
manera desenfrenada contra la mujer independiente, poco sumisa o que se saliera
de los cánones que quería esta institución. De manera cruda muestra la cacería
y el asesinato ejercido por la Iglesia y para ello examina las pruebas que se
les hacía a quienes eran acusadas de este crimen, que en la actualidad puede sonar ridículo –y que
de hecho lo es- pero que por desgracia les costó la vida entre crueles torturas
a miles de mujeres.
La
última parte del texto se refiere a las vampiresas y retrata el miedo del
hombre ante la independencia sexual de la mujer, su terror a que sea ella quien
tome la iniciativa –sin sospechar que siempre ha sido así- a que use su lujuria
y erotismo contra él y esto lo pierda para siempre.
La autora, Susana Castellanos de Zubiría. |
A
pesar de ser un ensayo el texto nunca es denso, al contrario la narrativa es
sencilla y fluida por lo que podrá ser leído por lectores de cualquier edad.
Adicionalmente incluye pequeños relatos que pueden ilustrar un punto expuesto.
Cabría destacar también el humor negro de Susana en ciertos aspectos donde
juega con la ‘virilidad’ y el orgullo masculino.
Particularmente
me llamó la atención que lo único que puede vencer a estas mujeres es el amor.
Pueden ser los entes más omnipotentes pero una vez que caen bajo el influjo del
corazón su poder prácticamente desaparece, viven en función de ser
correspondidas y una vez que son olvidadas mueren para siempre. Me parece muy
hermoso que lo que mueva a la mujer sea por lo que vale la pena vivir, mientras
que su contraparte masculina es movido por causas tan mundanas y efímeras como
el ser adorados por los siglos de los siglos, el dinero o la fama.
Es,
sin dudarlo, un libro muy recomendado. El trabajo de Susana Castellanos es
impecable, el lenguaje es sencillo más no así los temas que maneja que van
desde el simple recorrido histórico y cultural de la presencia de la mujer en
el mundo hasta la denuncia por los crímenes cometidos por la Inquisición. Atención
particular al hermosísimo texto final del libro donde se habla de la necesidad
del hombre, la mujer, los sueños y las historias.
Termino
este texto diciendo que a pesar de lo contradictorias, soñadoras, malgeniadas, impulsivas, orgullosas, misteriosas y
enigmáticas que sean las mujeres suscribo lo dicho por el gran Vicente
Fernández: ‘Mujeres, oh mujeres tan divinas, no queda otro camino que adorarlas”.
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