miércoles, 27 de junio de 2012

Libros leídos 21012. Diosas, brujas, hechiceras y vampiresas de Susana Castellanos:Ese acertijo hijo de la noche y el fuego llamado mujer





Diosas, brujas y vampiresa. El miedo visceral del hombre a la mujer
Autora: Susana Castellanos de Zubiría.
376 páginas

Susana Castellanos de Zubiria es una profesora y académica que siempre ha sentido fascinación por el mundo místico y misterioso de lo femenino. En este libro hace un recorrido histórico  por las diferentes culturas donde recoge diferentes facetas de cómo se  representa a la mujer, desde creadora y otorgadora de vida y fertilidad a vampiresa sexualmente insaciable y depredadora.

La mujer es el misterio más grande del universo. Para los hombres comprenderlas ha sido el enigma más fascinante de todos,  el hecho de que en ellas se geste la vida llena de temor al hombre, que a pesar de su falsa seguridad y valentía no puede hacer otra cosa que caer rendido a sus pies.

Pero  es más que eso…una mujer es hija de la noche y del tiempo,  poseedora de una  mirada  capaz de contemplar el tiempo y el destino. Su sonrisa tiene el poder de otorgarle la inmortalidad a un pobre mortal y su abrazo puede ser más mortal que la más afilada de las espadas.

Los hombres son conscientes de lo débiles que son ante el poder de lo femenino  manifestando curiosidad  ante su poder. En un principio lo  reverenciaron  y fruto de ello nacieron las diosas madres creadoras, pero posteriormente este respeto se convirtió en miedo y ustedes saben lo que pasan cuando una mayoría tiene miedo: Demoniza al objeto de sus pesadillas y fue así como la mujer pasó de creadora a criatura temible y de allí prácticamente a ser la culpable de todas las desgracias ocurridas a los machos –pobrecitos ellos- devotos.

Susana aborda todas las culturas desde las sumerias y babilónicas hasta las de América precolombina indagando sobre la concepción que se tenía de mujer. Todas las civilizaciones tienen en común ese temor, ese miedo, ese desconocimiento ante la magia de lo femenino, las diosas dan la vida pero al mismo tiempo pueden ser vengativas y otorgar la muerte. Con el paso del tiempo  serán las encargadas  de hilar el destino y convertirse en el puente entre el mundo de los vivos y los muertos.

Igualmente la autora ahonda en las hechiceras, hermosas mujeres a las que el mundo antiguo les teme pero admira. Con el advenimiento del cristianismo la mujer se convertiría en prácticamente la fuente de toda maldad a excepción de la virgen María –figura a menudo satirizada  por Susana-  y la hechicera se degenera en la bruja.

El miedo puede llevar a la locura y el desenfreno y esto lo retrata muy bien el libro al llegar a la parte de la brujería en donde la iglesia arremetió de manera desenfrenada contra la mujer independiente, poco sumisa o que se saliera de los cánones que quería esta institución. De manera cruda muestra la cacería y el asesinato ejercido por la Iglesia y para ello examina las pruebas que se les hacía a quienes eran acusadas de este crimen,  que en la actualidad puede sonar ridículo –y que de hecho lo es- pero que por desgracia les costó la vida entre crueles torturas a miles de mujeres.

La última parte del texto se refiere a las vampiresas y retrata el miedo del hombre ante la independencia sexual de la mujer, su terror a que sea ella quien tome la iniciativa –sin sospechar que siempre ha sido así- a que use su lujuria y erotismo contra él y esto lo pierda para siempre.


La autora, Susana Castellanos de Zubiría.


A pesar de ser un ensayo el texto nunca es denso, al contrario la narrativa es sencilla y fluida por lo que podrá ser leído por lectores de cualquier edad. Adicionalmente incluye pequeños relatos que pueden ilustrar un punto expuesto. Cabría destacar también el humor negro de Susana en ciertos aspectos donde juega con la ‘virilidad’ y el orgullo masculino.

Particularmente me llamó la atención que lo único que puede vencer a estas mujeres es el amor. Pueden ser los entes más omnipotentes pero una vez que caen bajo el influjo del corazón su poder prácticamente desaparece, viven en función de ser correspondidas y una vez que son olvidadas mueren para siempre. Me parece muy hermoso que lo que mueva a la mujer sea por lo que vale la pena vivir, mientras que su contraparte masculina es movido por causas tan mundanas y efímeras como el ser adorados por los siglos de los siglos, el dinero o la fama.

Es, sin dudarlo, un libro muy recomendado. El trabajo de Susana Castellanos es impecable, el lenguaje es sencillo más no así los temas que maneja que van desde el simple recorrido histórico y cultural de la presencia de la mujer en el mundo hasta la denuncia por los crímenes cometidos por la Inquisición. Atención particular al hermosísimo texto final del libro donde se habla de la necesidad del hombre, la mujer, los sueños y las historias.

Termino este texto diciendo que a pesar de lo contradictorias, soñadoras, malgeniadas,  impulsivas, orgullosas, misteriosas y enigmáticas que sean las mujeres suscribo lo dicho por el gran Vicente Fernández: ‘Mujeres, oh mujeres tan divinas, no queda otro camino que adorarlas”. 

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