jueves, 17 de septiembre de 2015

Libros leídos (10) - Niebla al mediodía de Tomás González

Título original: Niebla al mediodía
Autor: Tomás González
Editorial Penguin Random House, sello Alfaguara.
148 páginas

En Niebla al mediodía, la más reciente novela de Tomás González (Medellín 1950) , al igual que en Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, se nos dice desde el primer párrafo lo que va a suceder, pero está narrado de una manera tan magistral que el lector no podrá dejar de leer esta corta novela hasta haberla terminado.

La cuestión es la siguiente: Hombre conoce a mujer, se enamoran, se casan, mujer abandona a hombre y mujer desaparece misteriosamente. ¿Visto anteriormente? Por supuesto, pero la narrativa de González tiene la fuerza suficiente para inyectar de novedad una historia vista mil y una veces. Para lograrlo contará la historia desde ópticas diferentes, la de Raúl, el abandonado, Julia, la verduga y desaparecida; Raquel, la feroz hermana de Raúl, y Aleja la mejor amiga de Julia.

El novelista logra dotar a cada personaje de una voz independiente y poderosa en donde no los juzga sino que son sus lectores quienes deberán tomar parte. ¿Tenía razón Julia en abandonar a un hombre tan pragmático y en apariencia tan simple como Raúl? ¿El odio de Raquel hacia su ex cuñada es justificado? ¿Es compatible el Yoga con la bondad del corazón? son preguntas sin una respuesta clara, el autor sólo va dejando un rastro de hechos como piezas de rompecabezas con una figura que dependerá de quien se sumerja en esta niebla al mediodía.

El personaje principal es magnético y uno no puede dejar de ver al mismo Tomás González como protagonista de su propia novela, y está bien que Raúl se dedique al estudio de la guadua, que sea obeso y de un color de piel un poco oscuro, pero el escritor no puede engañar a sus lectores a pesar de intentarlo denodadamente a pesar del camuflaje, la figura del antioqueño auto exiliado en un paraje alejado de la ciudad  con esa aura de solitario y talentoso a partes iguales es visible incluso desde las primeras páginas de la novela.

Hay, sin embargo, un personaje que está presente durante toda la novela a pesar de no tener voz en la misma. Hablo de esa naturaleza, que crece indómita como si nada pudiera detenerla, esas montañas exuberantes que inundan los paisajes verdes y donde el agua es la reina de la narración. Agua que cae del cielo de manera torrencial, que se ve en las lagunas desbordantes sin fondo, que se manifiestan en forma de niebla que al mediodía que se mete en las fincas y las vidas de los personajes.

En contraste, los paisajes urbanos son feos y caóticos y las personas que llegan a las ciudades parecen sufrir un cambio que los vuelve en seres coléricos y fácilmente irritables y que deben recurrir al sexo y al amor para salvar sus almas.

Una de las fortalezas de la novela es su sentido del humor. El escritor no se frena a la hora de burlarse de temas que sin lugar a dudas podrá herir muchas susceptibilidades como los círculos mediocres de poesía, el yoga y su filosofía, la doble moral y el snobismo intelectual y donde el lector sonreirá mientras recordará conocer a alguien con estas características.

La novela es un placer para leer. Está repleta de párrafos concisos y llena de frases demoledoras de esas que son inevitables señalar o subrayar una y otra vez  y que aparecen en la mente del lector incluso días después de haber cerrado el libro. La extensión es otra de las fortalezas del libro, no le sobra ni le falta una página, y a pesar que el autor pudo haberle metido unas 10, 50 o 200 páginas más sin ningún problema, sabe terminar la  historia en el momento adecuado.


Probablemente habrán oído mencionar que Tomás González es uno de los mejores escritores colombianos de la actualidad, sino el mejor; que sus novelas son una maravilla, que el manejo que hace del idioma es una maravilla y que sus novelas son fervientemente esperadas por sus seguidores, tal vez hayan oído algunos de los tantos halagos que los críticos y lectores hacen de su obra y se preguntarán si son merecidos y si tienen razón en ellas. La tienen.


2 comentarios:

  1. Creo que el mayor acierto de González es hacer un libro universal, un libro que se siente propio. Un libro con voz.

    Compartó tu opinión respecto de Raúl, jamás lo vi con la descripción que Tomás trató de darle, siempre lo vi con el rostro del autor.

    ¿Es compatible el Yoga con la bondad del corazón? Buena reseña.

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