Siempre
he sentido una extraña fascinación por el número 9. Es el final del camino, la terminación, la quema y muerte. Quizá estoy
predeterminado desde mi nacimiento por ese número: Mi nombre es Tulio que en la
tabla periódica se representa como el elemento Tm69, en donde el 69 siempre me
han parecido un par de culebras que se muerden la cola en un
eterno ciclo de amanecer y ocaso, en un permanente
encuentro.
Estoy
cumpliendo hoy 29 años. No tendría un significado especial si no me hubiera
cogido en una situación específica. Me encuentro en un momento crucial de mi
vida. Ciertos acontecimientos me han sacudido como nunca antes me había
ocurrido y creo que después de tanto tiempo es hora de despertar.
Más
de la mitad de mi vida me he quejado de quien soy, de lo que me conforma, de mi
situación, y me he excusado detrás de una de una baja autoestima para no hacer absolutamente
nada por cambiar mi destino. Fruto de ello he perdido cosas que son muy
queridas por mi y que es probable no vuelvan jamás. Más allá de eso me he
perdido de lo bueno que tiene la vida y me mantengo en las sombras no porque
nadie me obligue sino porque así mismo lo deseo.
Este
deseo de autodestrucción ha ido aniquilando mucho de mí, me ha reducido a una
simple marioneta de quien deseo ser, me ha convertido en una carga no sólo para
quienes alguna vez me amaron sino para mí mismo, me he convertido, en pocas
palabras en mi peor y más desalmado enemigo.
No
vale la pena quejarse, ni llorar por lo que se hizo o no, es hora de asumir las
riendas de mi destino. De enfrentarme a la vida y no seguir siendo su esclavo.
La vida es sólo una y hay que gozársela siempre con valentía, siempre estando
dispuestos a enfrentar a nuestros propios demonios por más miedo que tengamos.
Porque
esa es la batalla que no se puede perder. No se puede ceder ante el miedo de
hacer las cosas. Es inaceptable rendirse antes de luchar porque tenemos miedo a
vivir nuevas cosas, miedo a entregarnos, a correr el riesgo de lastimar o ser
lastimados, a conocer nuestro destino con la frente en alto. Esa no es una
excusa válida. No se puede ser tan cobarde.
Es
hora de la verdad. De dejar de ser tan pusilánime y conformista, de buscar ‘algo
más’ que es lo que conforma la vida. Esta es mi existencia y no la estoy viviendo como la quisiera pero
no es culpa de nadie más que no sea yo. Es hora de asumir las culpas y aprender
de los errores, las pérdidas que han acarreado y levantarse y seguir el camino,
siempre adelante, siempre hasta el final.
Creo
que lo más importante que debo hacer ahora es cambiar mi pensamiento. Me ha
regido por demasiados años por el pesimismo y la desesperanza, no creo que sea
uno de esos idiotas del new age para quienes todos es hermoso y precioso, pero si es hora de ser un
guerrero, de llenarme de expectativas y luchar por lo que quiero.
Para
ello debo empezar a rodearme de cosas que me ayuden a salir adelante. Debo
salir del cuartico de mierda donde vivo porque vivir allí me hace una persona
mediocre y conformista, abrirme al mundo, encontrar un lugar en el que me
sienta cómodo, donde pueda escribir hasta el amanecer sin pensar en un mañana;
también debo armarme de mayor carácter, dejar de ser tan débil y elevar mi voz
si no estoy de acuerdo con las cosas, cuidarme más, alimentarme mejor, hacer
ejercicio, vestirme mejor y esperar que mi exterior refleje el fuego que hay en
mi corazón.
No
me arrepiento de amar como lo hago. Creo
que no hay nada más maravilloso que entregarse por completo a una causa, a una
persona, darlo todo en el sendero sin guardar energías para el regreso y sin
importar cuantas veces se rompa el corazón o los sueños parezcan tan lejanos en
el camino. Mi amor es sincero, genuino y lleno de pasión pero le hace falta
algo, quizá la magia necesaria, recordar día a día que quien no ama, quien no
sueña no está vivo y por lo tanto estar en constante creación o búsqueda de ese
amor.
Ahora
sé qué y a quién amo y estoy dispuesto a
luchar por ello hasta el final. Conquistándolo a punta de corazón, magia y una canción en los labios, estando dispuesto a
luchar contra negativas y miedos pero siempre convencido de que el resultado
final valdrá completamente la pena.
Gracias
a todos los que me han acompañado en estos años, a los de siempre que me hacen
crecer día tras día, a lo que ya no están y tomaron otros senderos pero dejaron
una huella indeleble en mi corazón, a mi familia porque a pesar de sus defectos
jamás podría haber pedido una caótica reunión de personas dispares más perfecta,
soy lo que soy gracias a ustedes. Finalmente gracias a ustedes quienes leen
estas líneas porque han hecho realidad mi mayor y único sueño: El de compartir cuentos, historias, pensamientos y mi alma a través de las letras.
Gracias
y el show debe continuar….
Recuerda siempre, mi buen amigo de batalla. Sos Turin Turambar, Cazador de dragones. Asi que siempre adelante. Que la sabiduria de manwe, la fuerza de melkor y la pasion de Eru te acompanen. Se que sos capaz de entender el comentario. Feliz cumpleanos companero. Sorry problemas con al ene en el portatil.
ResponderEliminar¡Felicidades, Tulio!
ResponderEliminarA la vida hay que encararla con todo, como mosca contra el vidrio. Con optimismo pleno tode el tiempo que se pueda (todos sabemos que el optimismo pleno, 24 horas por día, 365 días por año, no existe).
Es difícil, pero no hay que aflojarle.
Un abrazo.
Felicidades muy atrasadas, Tulio!
ResponderEliminarHay cumpleaños felices y menos felices, de eso supongo que todos sabemos en mayor o menor medida. Se te lee fuerte y con determinación, y esa es la clave para conseguir lo que uno quiere.
Show must go on!
Un beso!